Opinion | 10 Ene Cada vez son más las personas que optan por la bicicleta a la hora de realizar un ejercicio y no son pocas las que, por su carácter económico y no contaminante frente a otros tipos de transporte, o como una opción para hacer una completa actividad física mientras realizan sus rutinas cotidianas, las usan en diferentes ciudades del mundo y el país para ir a sus lugares de trabajo o estudio.
No obstante, en nuestro medio es poco habitual ver a ciclistas utilizando medidas de seguridad vehicular, como el casco. Pues bien, deberán incorporarlo si prospera el nuevo proyecto de ley “Tránsito y seguridad vial”, que fue aprobado en diciembre por la Cámara de Representantes y que se espera que este año sea sancionado en el Senado y promulgado por el Poder Ejecutivo.
A partir de los seis meses de promulgada la ley, los ciclistas deberán usar casco protector de seguridad que cumpla con las exigencias de las normas que se adopten a tales efectos por el país.
Todas las bicicletas que se vendan a partir de ese momento deberán contener, además, al menos dos dispositivos retro reflectantes en cada una de sus ruedas para posibilitar una reflexión lateral y una banda de material retro reflectante en ambos frentes de cada uno de los pedales. Se exceptuará a las bicicletas destinadas a competencias deportivas, cuando se encuentren participando en entrenamiento o en competencia.
A partir de los 180 días de la promulgación de la ley, las bicicletas deberán contar para circular con un equipamiento obligatorio de seguridad constituido por: un sistema de freno delantero y trasero, espejos retrovisores, timbre o bocina y un sistema lumínico consistente en un faro de luz blanca y un reflectante del mismo color ubicado conjuntamente con éste, en la parte delantera y un faro de luz roja y un reflectante del mismo color, colocados en la parte posterior, ambos visibles a una distancia prudencial en condiciones atmosféricas normales. Se trata de un equipamiento de bajo costo y gran utilidad a la hora de dotar a este medio de transporte de mayor seguridad. Claro que estas cosas por sí mismas no aseguran un mejor desempeño en el tránsito, sino que eso es algo que depende de la conducta y responsabilidad de quien las utiliza para circular. Por otra parte, y en lo que respecta exclusivamente al uso de bicicletas como medio de ejercitación y paseo, siguen faltando ciclovías en nuestra ciudad. Basta salir una mañana o tardecita por ruta 90 para comprobarlo. El actual gobierno departamental comprometió realizar una ciclovía en esa zona y si bien no se ha concretado sigue siendo sumamente necesaria.