Policiales | 13 Ene Prendas de vestir y comestibles fueron hallados en un auto en el que viajaban tres mujeres, en el marco de un procedimiento efectuado por personal de la Administración de Aduanas de Paysandú en el Área de Control Integrado del puente internacional “General Artigas”.
Tres funcionarios aduaneros y su supervisor inspeccionaron un auto Volkswagen Logus GLI, modelo 1994, guiado por una mujer de iniciales A.S.B., de 26 años, quien viajaba acompañada por C.S.C., y E.M.A.C., conocidas de la conductora.
Los inspectores hallaron una gran cantidad de prendas de vestir, cigarrillos y comestibles ocultos debajo de tapizados, asientos y espacios libres en la cavidad del motor, debajo del capó.
Al examinarse la mercadería, se contabilizaron 42 pares de zapatos de fútbol, 15 pares de championes, ocho pares de ojotas, cinco soleras de niña, 11 bermudas de tela para hombre, 17 remeras para hombre, 40 musculosas para dama, seis buzos para niño, 24 shorts en tela para dama, 38 shorts en nylon para hombre, nueve pescadoras para dama, 37 shorts en algodón para niño y 51 para dama; tres chalecos, una solera de gasa, tres buzos para dama, un vestido largo y otro corto, un enterito en algodón, 17 kilos de harina, edulcorante, seis rollos de papel de cocina, 19 kilos de azúcar, dos botellas de lavandina de dos litros, un jugo de un litro, tres jabones de tocador, un limpiador de cocina, una lata de ensalada, mayonesa, salsa golf, 20 cajillas de cigarrillos “51”, leche chocolotada, dos cajas de gelatina y 15 paquetes de sal fina.
Indagada, dijo que era la primera vez que le incautaban mercadería de contrabando y que practicaba esa actividad por necesidad ya que tiene cuatro hijos, carece de empleo y debía pagar las facturas de UTE y OSE. Consultados los registros de la Dirección Nacional de Migración, se pudo establecer que la mujer cruza el puente internacional casi diariamente desde diciembre.
Por su parte, la otra mujer declaró que, de todas las mercaderías incautadas, lo único que le pertenecía eran los comestibles y otros artículos para el hogar, ignorando la presencia del resto de las mercaderías. Indicó que, junto a E.M.A.C., fueron trasladadas a Colón por la otra mujer en auto hasta una estación de servicio, donde permanecieron hasta ser recogidas para el regreso.
A la vez, E.M.A.C., señaló que por lo general se traslada a Colón en moto, pero como la conductora del automóvil se ofreció a llevarlas a ella y a la otra mujer, aceptaron el favor. El juez de feria de Segundo Turno, Javier Book, dispuso que el vehículo y la mercadería permanecieran incautadas a disposición de Aduanas, el emplazamiento de la automovilista y, finalmente, su libertad.