Locales | 13 Ene Al doctor
Eduardo J. Corso
La radio Spika llegó a la campaña en la década del 40 y el productor y el habitante del medio rural tuvieron la oportunidad de informarse. La radio fue aprovechada en su época para hacer política, llegando por este medio a una gran masa de ciudadanos desinformados.
Con lenguaje culto y respetuoso, el doctor Eduardo J. Corso fue marcando el camino, jamás se le oyó agraviar, marcó con firmeza lo que consideraba errores y eso le fue dando una impronta que le granjeó el respeto de todos. La firmeza con que actuaba lo llevó a la cárcel en la época de la dictadura. Nosotros fuimos testigos y participamos en forma activa del desarrollo de los acontecimientos.
Los militares, violentando al Congreso de la Federación Rural que se realizaba en la ciudad de Rocha, resolvieron integrar la mesa con un militar para vigilar de cerca todo lo que se actuaba.
En un determinado momento pidió la palabra el Doctor Corso y fue enfervorizando al auditorio y en su punto culminante dijo: “Llegaron los sarracenos y nos molieron a palos, Dios premia a los malos cuando son más que los buenos”. El congreso se pone de pie y lo ovaciona y llevado por ese clima de entusiasmo, el militar que integraba la mesa también se para y aplaude. Lo cierto que en ese momento se terminó la oratoria y el resultado fue el predecible: el Doctor Corso preso y el militar sancionado.
Su vida fue una lucha permanente por las libertades públicas y la defensa de los más débiles. ¡Qué falta nos haría en estos momentos en que el país se despuebla y la mayoría de las tierras está en manos de extranjeros! Y el uso indiscriminado de agroquímicos está destruyendo nuestra riqueza principal, la tierra.
No demos nada por perdido, su vida fue un ejemplo de lucha y hoy el mejor homenaje que le podemos hacer es seguir su derrotero. Ing. Agr. Daniel Durán