Paysandú, Viernes 18 de Enero de 2013
Opinion | 15 Ene De acuerdo al estudio “Oportunidades de Inversión en Uruguay, Sector Logístico”, del Instituto Uruguay XXI, el sector logístico uruguayo mantuvo en 2012 una fuerte dinámica que se verá atenuada este año por trabas regionales, por la escasez de grandes proyectos y por la caída de la competitividad del país. Como contrapartida, la producción maderera y de granos seguirán como impulsores de la actividad exportadora y por ende seguirán requiriendo de servicios con similar intensidad.
La inversión promovida en relación al servicio de logística representó 170 millones de dólares el año pasado y las exportaciones de servicios logísticos comprendieron la quinta parte de las ventas al exterior de servicios en 2011, por un valor de U$S 3.612 millones. El sector, según el informe, emplea a más de 20.000 personas, con 30% de trabajadores vinculados a la exportación de servicios logísticos, indica El Observador.
Los servicios logísticos no solo responden a las necesidades de nuestros exportadores, sino que también conllevan prestaciones en base a la ubicación estratégica del Uruguay en la región. Si bien la tendencia hasta ahora ha sido positiva, hay notorias señales de enlentencimiento de actividad por falencias internas del país, que refieren fundamentalmente al alto costo que enfrentan los sectores productivos y la inflación en dólares que registra el Uruguay.
“Estamos en pleno crecimiento (pero vemos el futuro) con cautela”, dijo a El Observador Juan Carlos Rodríguez, presidente de la Cámara de Logística del Uruguay. “La competitividad de Uruguay se va deteriorando y los costos están creciendo. Las trabas regionales inciden en ese deterioro”, manifestó. Agregó que se tornó más lenta la entrada y salida de mercaderías, con Argentina y sus restricciones “que transmite nerviosismo”, con Brasil y sus propios movimientos logísticos.
“Hay cautela en la inversión, en recursos humanos, en movimientos, en compromisos. Esto mirando a Uruguay como centro de distribución regional”, indicó Rodríguez, quien aseveró que a nivel interno la demanda de logística aumentó ante el incremento del consumo. “La estrategia fundamental para 2013 es salir más al exterior ante la visión de incertidumbre a nivel regional”.
En el plano logístico sin dudas el sector privado ha invertido y consolidado posiciones, pero requiere la contrapartida del Estado en infraestructura y apoyo para dar el salto diferencial que de sustento a emprendimientos que sin una aceitada logística se quedarían sin posibilidades de competir.
Voceros del sector han indicado precisamente que la inversión realizada por el Estado solo ha apuntado “al mantenimiento de lo existente” y que se gastan entre 3.800 y 4.000 millones de dólares en costo logístico, “que pagamos todos los uruguayos. No hay programa de mejoras de infraestructura, ni siquiera está en la agenda. Es imposible hacer un plan de infraestructura productiva y de logística para el país”.
En la misma línea, la Unión de Exportadores del Uruguay considera en un informe que el país debe priorizar inversiones en infraestructura, adecuándola para evitar que se presenten restricciones que impidan continuar con el crecimiento. Pero de acuerdo a un relevamiento efectuado por esta gremial los operadores del sector consideran que las carreteras son el tema más acuciante a nivel de infraestructura, mientras que la principal restricción al crecimiento lo constituyen los puertos.
Es decir que la logística está seriamente condicionada en cuanto al apoyo que requieren los sectores primarios, que aportan cargas de gran volumen y bajo valor, y por lo tanto con gran incidencia del transporte desde el lugar de origen en la ecuación económica para competir.
En este aspecto, en áreas cercanas a puertos de exportación es vital contar con la infraestructura de carretera adecuada y del ferrocarril y en los lugares más lejanos, como el norte del río Negro, el contar con puertos sobre el río Uruguay para abaratar la llegada a terminales de salida como Nueva Palmira.
Tienen razón los exportadores cuando requieren instrumentos para la salida de la riqueza --aún sin procesar, lamentablemente, pero es lo que hay por ahora-- y por lo menos atemperar con logística adecuada los costos adicionales que aplica el Estado a los sectores productivos para seguir sosteniendo el gasto público “inflado”, de baja calidad y sin la devolución en servicios que requiere el ciudadano.
Pero no alcanza con darles la razón, sino que es preciso que desde el gobierno, que adopta decisiones políticas y que tiene el deber de promover la producción y el trabajo dentro de fronteras, se haga lo que hay que hacer y dar los pasos que han estado faltando para dar mayor sinergia a la dinámica que proviene del Interior productivo.
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