Opinion | 16 Ene Entre el viernes y sábado pasados, en el departamento, los sanduceros debieron optar entre una serie de espectáculos, sacudiendo la modorra de enero. El viernes en la Exposición Rural Feria se inauguró el 12° Festival de la Copla y el Corcovo. En Quebracho, se hizo lo propio con el 40° Festival “Cantando al calor del fogón, Raíz y flor del Litoral”. Por otra parte, el mismo día, en la sala “1° de Julio”, Mario Molinari y Rodrigo Eugui presentaron el taller de filosofía “¿De dónde surgen los valores?” Y en el auditorio “Miguel Ángel Pías”, se realizó “La noche de Radar Musical”. Estos dos últimos en el marco de la 26ª Fiesta de la Prensa. El sábado, en tanto, además de los festivales de la Copla y el Corcovo y “Cantando al calor del fogón”, se sumó la elección de la Reina de Carnaval.
Todo esto (y más) en dos días, en la primera quincena de enero, de manera superpuesta. No parece razonable que en un departamento que necesita como Paysandú fomentar el turismo se ofrezcan tantas buenas opciones de manera simultánea, al menos hasta que no haya una masa turística realmente importante. Incluso, para el mismo sanducero es también una contrariedad tener que definir entre las opciones cuando, si se hubieran llevado a cabo en fechas diferentes, se podría haber concurrido al menos a varias.
Esto ocurre porque cada actividad es organizada por determinados grupos o productores, que cuando fijan la fecha no conocen si en esa misma que seleccionaron se desarrollarán otras de similar o mayor interés.
De manera urgente, en la medida que desde la intendencia se insiste con el eslogan “Turismo todo el año”, se hace necesario establecer un órgano u oficina que recoja todas las festividades del departamento, los grandes espectáculos y otras actividades que tengan posibilidades de desarrollo turístico.
Esto, por un lado, servirá a la propia difusión de las atracciones turísticas en todo el departamento, todo el año. Al mismo tiempo, permitirá que emprendedores organicen excursiones para facilitar la concurrencia a esos festivales.
Pero de manera fundamental, este órgano u oficina debe tener como cometido impulsar el entendimiento entre los organizadores de festivales y espectáculos para que antes de lanzar la difusión pública coordinen fechas, para evitar precisamente la superposición que no beneficia a nadie y que si perjudica, porque pone en riesgo la financiación de cada actividad.