Paysandú, Jueves 24 de Enero de 2013

Perspectivas favorables y una oportunidad para corregir errores

Opinion | 18 Ene No le va mal al Uruguay en el informe semestral de perspectiva de crecimiento global hecho público este martes por el Banco Mundial, en el que se establece que el crecimiento de nuestro país se mantendrá en el orden del cuatro por ciento en el 2013, 2014 y 2015. Es así que de acuerdo a las estimaciones del organismo financiero internacional Uruguay estará por encima del promedio de América Latina y el Caribe, que crecerán un 3,5% en 2013 tras el 3% del año pasado. Pero en el contexto regional, la cosa cambia, si tenemos en cuenta que Uruguay crecerá menos que otros once países. El que más lo hará será Paraguay (8,5%), seguido de Panamá (7,5%), Haití (6%), Perú (5,8%), Chile (5,1%), Guyana (4,8%), Surinam (4,5%), Bolivia (4,4%), República Dominicana (4,3%), Nicaragua (4,2%) y Costa Rica. Nuestro país sin embargo estará por encima de los dos grandes vecinos, Brasil y Argentina, cada uno con sus problemas.
Es cierto, corresponde relativizar los informes de este tipo, que tienden a considerarse como un pronóstico, cuando en realidad se trata de una evaluación sobre parámetros actuales y proyecciones que no siempre responden a la realidad, al incidir imponderables de distinto orden y decisiones y expectativas de política internacional que pueden dar por el suelo con los argumentos mejor fundamentados técnicamente y aceptados plenamente a priori.
Un ejemplo claro es la crisis internacional de 2008, a partir del estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, y el arrastre a Europa que se manifiesta hasta nuestros días, así como su incidencia en el contexto global, que dio por tierra con previsiones de los expertos en economía, que habían considerado que había muy pocas posibilidades que las cosas podían darse de esta manera. Precisamente a nivel global el Banco Mundial alerta que la recuperación económica mundial sigue siendo “frágil e incierta”, fundamentalmente por la crisis en la zona euro y los problemas fiscales y de la deuda en EE.UU., e instó a los países emergentes a concentrarse en mejorar su potencial.
En su informe “Perspectivas Económicas Globales”, que publica cada semestre, el BM estimó que el Producto Bruto Interno (PBI) mundial creció un 2,3% en 2012, dos décimas menos de lo que había pronosticado en junio pasado. Además, si en junio el organismo anticipó que la economía mundial crecería un 3% en 2013, en este último informe rebaja esa previsión al 2,4%, lo que confirma que las perspectivas que hoy se dan con cierta certeza, mañana se corrigen en base a lo que transmite la realidad, que discurre muchas veces por senderos inescrutables.
Los principales riesgos que enfrenta hoy la economía mundial, a juicio del Banco Mundial, son la paralización de los avances para resolver la crisis en la zona euro, los problemas fiscales y de la deuda de Estados Unidos y la posibilidad de un recorte abrupto de las inversiones en China. Así, con un crecimiento “magro” en los países de ingresos altos, las naciones en desarrollo deben concentrarse “en mejorar el potencial de sus propias economías”, según el informe.
En 2012 los países en desarrollo registraron una de las peores tasas de crecimiento de la última década, de acuerdo con el organismo, en tanto si bien la producción se aceleró el año pasado en esos países, “se ve frenada por la falta de inversión y la débil actividad industrial en las economías avanzadas”, por cuanto la economía global es interdependiente, y los hechos se dan en cascada cuando se dan situaciones imprevistas. Pese a todo, la solidez de su demanda interna y los crecientes vínculos comerciales entre ellos hicieron que en 2012, por segundo año consecutivo, los países emergentes fueran “responsables de más de la mitad del crecimiento mundial”, destacó Hans Timmer, director del Grupo de Perspectivas de Desarrollo del BM, pero para garantizar su resistencia “ante los riesgos de deterioro”, los países en desarrollo “deben reconstruir gradualmente sus reservas fiscales y monetarias, y mejorar sus redes de protección social y la seguridad alimentaria”, argumentó Andrew Burns, gerente de Macroeconomía Global y principal autor del informe.
El punto es que este escenario favorable para las economías emergentes y subdesarrolladas, como la de Uruguay, se da a impulsos de un contexto internacional demandante de materias primas y con muy buenos precios, lo que explica la mayor parte si no todo el crecimiento registrado en el período, y que pronósticos auspiciosos como el del Banco Mundial deben tomarse con pinzas, sobre todo cuando no se han hecho bien los deberes durante la bonanza.
Pero siguen pendientes las grandes reformas estructurales, empezando por el Estado, en tanto el gasto público continúa por encima de las posibilidades del país.
Entonces quizás el mayor desafío actual, cuando los precios internacionales de los commodities todavía nos aseguran un año auspicioso en materia económica, sea “sobrevivir” a un crecimiento de “sólo” el 4%, cuando ya nos acostumbramos a dilapidar durante varios años los ingresos generados de antemano mientras el incremento del PBI era mayor al 10% anual. Porque si el Estado sigue gastando como lo hizo durante estos años, y seguimos creyendo que la plata seguirá apareciendo como por arte de magia indefinidamente, de seguro que las proyecciones del Banco Mundial para Uruguay no se cumplirán.


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