Opinion | 22 Ene La aparición de larvas del mosquito del dengue en San José reactivó la difusión pública sobre la necesidad de prevención para impedir una eventual epidemia en el país. Si bien no existen casos de dengue autóctono en Uruguay, los países de la región cuentan desde hace tiempo con esta enfermedad y por lo tanto continúa siendo necesaria la colaboración de la población para evitar la reproducción del mosquito trasmisor, el aedes aegypti.
En nuestra ciudad se reunió esta semana el Comité de Emergencia con la finalidad de tratar este tema y considerar el impacto que tendría una epidemia en nuestra ciudad, a los efectos de contar con un operativo aceitado para enfrentarla.
En este sentido, se informó que si se verificara una epidemia de dengue en Paysandú, podría infectar a unas 2.000 personas, de acuerdo a proyecciones estadísticas que maneja el Ministerio de Salud Pública y que transmitió a los jefes departamentales de salud en una reunión realizada en Montevideo.
El MSP también cuenta con un plan Nacional de Contingencia ante una Epidemia de Dengue, que está en fase 0 (sin transmisión viral del dengue y con presencia del vector aedes aegypti en el territorio nacional), que ha sido reformulado en los últimos años.
La prevención del dengue y las medidas que es necesario adoptar a tales efectos no son un tema nuevo para los sanduceros que, desde hace varios años vienen colaborando para mantener a raya la enfermedad e impedir su ingreso por esta vía al territorio nacional.
Podríamos preguntarnos por qué no hemos tenido casos de dengue autóctono si desde hace casi 20 años que el mosquito está entre nosotros. Las respuestas pueden ser muchas. Sin embargo, resulta claro el riesgo existente y la necesidad de tomar conciencia respecto a que la clave para seguir esquivando el dengue somos todos nosotros.
El mosquito trasmisor del dengue puede ser controlado si todos contribuimos a cortar su ciclo de reproducción, no ofreciéndole objetos donde pueda acumularse agua. En este sentido, la eliminación de nuestros patios y fondos de todo ese tipo de objetos --que van desde una tapita de refresco a otros más notorios como tarros, baldes o neumáticos--, es lo que contribuirá no sólo a alejar al aedes aegypti sino también a los mosquitos comunes. En este tema, el rol que juega cada vecino es fundamental. Medidas sencillas pueden ayudar mucho. Son pequeños esfuerzos los que contribuirán a seguir dando una gran respuesta.