Locales | 23 Ene El sábado con la partida del buque Amambay, cargado con 600 toneladas de trigo, el puerto de Salto se integró en los hechos al sistema de puertos del Litoral, luego de muchos años de paralización de la terminal salteña que llevó a un estado de abandono de sus muelles, ahora recuperados por la Administración Nacional de Puertos (ANP).
Como había adelantado el propietario del buque, Ruben Silva, a EL TELEGRAFO, se ha iniciado de esta forma una corriente de transporte fluvial que se espera consolidar a partir de esta semana incorporando una barcaza acoplada al Amambay, que no se pudo utilizar en este viaje y que permitirá el transporte de unas 1.700 toneladas de trigo por convoy.
Unos 25 camiones cargaron trigo en la nave de cabotaje en los muelles para hacer el recorrido de unos trescientos kilómetros hasta el puerto de Nueva Palmira y hacer el trasbordo con destino de exportación, en este caso favorecido por la crecida del río Uruguay para superar sin inconvenientes los pasos de El Hervidero y Guaviyú, que son el cuello de botella para la navegación río arriba de Paysandú.
En esta oportunidad no se pudo utilizar la barcaza porque todavía no se cuenta con la habilitación de la Marina Mercante de la Administración Nacional de Puertos, pero Silva se manifestó optimista de que el próximo viaje llegue a las 1.700 toneladas, lo que mejorará notoriamente la rentabilidad del transporte, y destacó que la carga es el puntapié inicial de muchos viajes que ya se han programado para el traslado de buena parte de la cosecha de trigo de la zona de Salto hacia el puerto de salida.
Recordó Silva que en su momento intentó operar desde el puerto de Paysandú, donde se mantuvo anclado para la captación de cargas, pero en este caso se encontró con que la operativa no resultaba conveniente para hacer un viaje más corto hasta Nueva Palmira, debido a que al tratarse sólo de doscientos kilómetros se requiere un volumen no menor a las 4.000 toneladas por viaje para justificar el uso del transporte fluvial, teniendo en cuenta el manipuleo para carga y descarga de los granos que requiere este tipo de operativa.
En cambio desde el puerto de Salto la distancia es considerablemente mayor y permite que con sólo 1.700 toneladas sea competitivo y la ecuación económica le sirva tanto al transportista como a los productores, desde que el viaje resulta más barato que el traslado en camión de la cosecha hasta Nueva Palmira, como se hacía hasta el presente. Paralelamente existe expectativa en otros sectores productivos de la zona de Salto por el eventual uso del transporte fluvial, sobre todo en el caso del cordón hortifrutícola, cuya producción podría transportarse hacia el sur por esta vía.
Silva también manifestó firme expectativa por intervenir en el transporte de la próxima producción de soja desde Salto, haciendo que resulte rentable para el productor ante la lejanía con el puerto de Nueva Palmira.