OPINION

Locales | 27 Ene El puerto con acceso postergado
El país viene creciendo a un ritmo sostenido y siguen viniendo inversiones como nunca se habían dado en su historia. Paysandú no es ajeno a esta realidad. Mantiene firme su histórica vocación agro – industrial - comercial y está llamado a ser el gran polo de desarrollo de la región del Litoral, para lo cual necesita al igual que el país, generar inversiones en infraestructuras a todos los niveles.
EL TELEGRAFO, que ha sido consecuente en defender la rehabilitación de nuestra infraestructura portuaria, decía en un editorial del año 2010 que “la actual administración, felizmente ha recogido el desafío que conlleva revertir un largo proceso de deterioro de los puertos del Litoral y asumido que el Estado debe ser protagonista, involucrándose en los cambios, en este caso como administrador del puerto y a la vez como agente catalizador de los emprendimientos que significan trabajo y desarrollo para una región que solo está necesitando oportunidades para desarrollar su enorme potencial y mejorar la calidad de vida de su gente”.
Más recientemente recogía la opinión de la Unión de Exportadores (las exportaciones sumaron U$S 2.470 millones en 2011 sin considerar lo que se exporta por zonas francas), quienes consideran que “el país debe priorizar inversiones en infraestructuras, adecuándolas para evitar que se presenten restricciones que impidan continuar con el crecimiento y por ende frenen las posibilidades de desarrollo”. Los exportadores encuestados consideraron que las carreteras son el tema más acuciante, en tanto otros creen que la principal restricción al crecimiento son los puertos.
Hoy con orgullo podemos decir que como en tantas otras históricas experiencias, mediante el esfuerzo mancomunado de la sociedad civil representada por la Cipup y de los organismos públicos, en este caso representado por la ANP, el puerto de Paysandú está rehabilitado y cuenta con el equipamiento necesario para cargas a granel y en contenedores.
Pero un puerto, como dice la Maestra Olga Flores, para poder trabajar necesita “agua”, a lo cual agregamos necesita también buenos accesos para el transporte automotor, así como enlaces ferroviarios.
El futuro acceso, por el sur no existe, solo contamos con el trazado de la Avda. San Martín, la cual se deberá adecuar y construir el enlace por la calle Ledesma al recinto portuario, así como el ingreso desde la propia ruta 3.
En noviembre del año 2010, en esta misma sección, llamamos la atención de que en los proyectos de obras a ejecutarse en el quinquenio por la nueva administración municipal, no se le estaba dando el énfasis necesario a esta obra, lo que se fue reiterando a lo largo de estos dos años en cuanto foro o reuniones en que estuvieron representados todos los actores interesados y también delegados del gobierno departamental.
Este acceso, ese acceso está dentro de la jurisdicción departamental, por lo cual más de una vez se sugirió al Intendente la conformación de una Unidad Técnica, con ingenieros especializados en obras viales, de la propia Intendencia y del MTOP, aceptando el ofrecimiento que oportunamente hizo el Ministro Enrique Pintado.
Sin un proyecto es imposible tener un presupuesto tentativo, lo cual permitiría luego ver de dónde se pueden lograr los recursos.
Sin embargo la Administración municipal prefirió priorizar la reforma del acceso norte por la Avda. Roldán, con una inversión millonaria en dólares, a nuestro criterio totalmente secundario, y más aun pensando en el Paysandú del futuro.
A nuestro criterio esa conexión de futuro con la Avda. de las Américas, será por el Bulevar Artigas, cuya doble vía fue construida con acierto, hasta calle No. 9 por la Administración Lamas, y luego equipada con semáforos por la Administración Pintos (ya está siendo utilizada por las empresas de ómnibus internacionales que cruzan el Puente Gral. Artigas).
Lamentamos que se haya perdido un tiempo de oro en generar un proyecto, incluyendo el estudio de los impactos en el barrio contiguo, sobre el cual el puerto actuará como un motor de su desarrollo social y urbanístico. Lo cual significa que hoy no estamos a la altura, al menos en este aspecto, de los desafíos que se nos presentan.
Arq. Rubens Stagno Oberti