Deportes | 28 Ene SALTO (por Santiago Balbis, enviado especial). Fue un punto agónico. De esos que prácticamente saben a victoria. Fue un empate clásico, ante Salto y por 2 a 2 en el Dickinson, donde la selección de Paysandú se encaminó definitivamente rumbo a la clasificación a la próxima instancia de la Copa Nacional de Selecciones, más allá de que todavía faltan dos partidos.
Pero se necesitaba un punto así. Sumado con el alma. Por la forma, porque hubo que remarla y dejar en claro que hay amor propio como para luchar donde sea. Es cierto que no fue victoria, pero fue festejada como tal porque se hizo cuesta arriba, se empató por dos veces el tanteador y la última vez cuando parecía que el partido se iba. Pero se peleó hasta lo último, como este plantel lo tiene tatuado en la piel
Salto pegó primero. Un error de Federico Acosta al ir a buscar una pelota que llegó llovida de tiro libre, provocó que Dos Santos peinara el balón de espaldas al arco, para hacer delirar a los hinchas salteños que colmaron la tribuna principal del Dickinson. Iban 22 minutos de juego y, más allá de que Salto había tenido la iniciativa, todo en la cancha era parejo. Eso sí, ambos habían tenido sus jugadas de gol clarísimas, como para dejar en claro que la apuesta a jugadores de buen pie que miraran permanentemente el arco rival, no había sido verso.
Primero fue el local el que hizo temblar el arco sanducero tras un tiro libre de tres cuartos de cancha de Dos Santos, que provocó que la pelota rebotara en el travesaño superando a Acosta, y que luego picara en la línea de gol y fuera rechazada inmediatamente por la defensa.
Y luego Parodi tuvo en sus pies la igualdad, tras una jugada que se inició por un tiro libre de Patritti, que nadie supo controlar en el área, pero el “Ñato” terminó por definir en fuera de juego.
Por eso el gol fue un cachetazo para la Blanca, que se sintió herida. Y rápidamente intentó responder. Soria, que se comió la cancha y se dio el lujo de sumarse al ataque, fue protagonista de un remate en el área que conjuró el golero, y pocos minutos después Ximeno volvió a realizar una gran atajada para evitar que una chilena de Soria terminara en la red.
Era de esperar que el empate llegara en cualquier momento. Porque Paysandú generaba, tocaba; y tenía en Parodi, el jugador diferente, y a Patritti y su potencia, las armas necesarias como para lastimar, sumados a la pelea permanente de Timoteo Acosta, que pareció un navegante solitario, haciendo el trabajo sucio de arrastrar marcas.
La igualdad llegó por intermedio de un penal, que tradujo en gol Francolino. Y sobre el final de esa primera mitad Paysandú pudo haberse puesto en ventaja.
Pero apenas comenzado el complemento, un nuevo error en el fondo derivó en que Salto volviera a festejar, ahora por intermedio de Rondan, lo que hacía complicado lo que se venía para la visita.
Porque poco a poco se comenzó a dejar la idea de lado, por parte de ambos equipos. Igual, el salteño Menoni seguía siendo figura importante con sus corridas por la derecha, y Paysandú no encontró el juego de la primera etapa, recurriendo a un par de remates libres como para intentar volver a encontrar la igualdad.
Ese segundo tiempo se desdibujó por completo. Paysandú no le encontraba la vuelta al partido, y Federico Acosta, con excelente atajada, evitó una mayor diferencia.
El técnico sanducero, Ramón Silvera, se jugó a los cambios y, como era de esperarse, mirando al arco rival. Es que Parodi ya no respondía como en el primer tiempo, como se preveía.
Y luego de que la Blanca volviera a salvarse, sobre el final mismo del partido llegó la igualdad por intermedio de Daglio, uno de los ingresados, que se tiró en palomita en el segundo palo, tras un tiro libre, para cerrar el tanteador y permitirle a Paysandú sumar un punto importante, que lo deja en carrera rumbo a la clasificación, para lo que deberá hacerse fuerte en casa en los últimos dos partidos.