Policiales | 31 Ene El antiguo parador “Bárbara”, con casi 30 años de historia en Costanera Norte y Antonio Estefanell, fue afectado severamente por las llamas de un incendio originado intencionalmente, en la tarde de la víspera.
Un llamado telefónico alertó a la Policía que desconocidos estaban haciendo fuego en el interior del edificio, por lo que hasta el lugar concurrió en primera instancia personal de la Seccional Segunda.
Al observar que las llamas habían comenzado a tomar el cielorraso y amenazaban con extenderse al resto de la estructura, inmediatamente se solicitó la presencia de Bomberos, mientras se procedía a la detención de cuatro menores domiciliados en la zona, que jugaban en el ex parador y fueron sindicados como los que habían encendido el fuego. Los menores fueron trasladados a la comisaría junto a sus responsables y quedaron sujetos a resolución judicial.
Con agua del río
Hasta el lugar concurrieron rápidamente dotaciones de Bomberos en dos autobombas. Al arribar, el fuego --situado en ese momento en la mitad y los extremos del cielorraso-- se propagaba rápidamente y amenazaba la estructura del edificio, una casa de 25 metros de frente por ocho de profundidad con paredes de madera y techo de chapas de dolmenit con cielorraso de madera.
Inmediatamente, se atacó el fuego del cielorraso directamente con manguerotes a presión mediante una línea de 45 milímetros de diámetro, mientras se extendía desde el río una segunda línea de 75 milímetros para succionar agua a través de la autobomba y reforzar el combate de las llamas, enfriando las paredes de madera para evitar que fueron alcanzadas por el fuego.
Luego de los escasos 30 minutos que insumió la labor de extinción, se constató que el incendio afectó totalmente el cielorraso y parte del techo de dolmenit, con derrumbe parcial, así como también algunas partes de las paredes, además de los vidrios de todas las aberturas.
Toda una historia
La casa de madera en donde funcionaba el parador “Bárbara”, actualmente objeto de un nuevo llamado a licitación para su explotación, fue traída originalmente para instalarla en el predio de la Meseta de Artigas en la década de los 80’ por la intendencia municipal, según recordó a EL TELEGRAFO el jefe comunal de ese período, arquitecto Walter Belvisi.
Posteriormente, cuando a mediados de la misma década la administración inició la ampliación de la Costanera hasta Antonio Estefanell, en una obra que incluyó la construcción del Parque de los Niños, la Casita de la Playa, el Museo de la Tradición, el Mirador, y el parador junto al Rosedal, la casa fue trasladada a Paysandú y colocada sobre la plataforma de hormigón, en donde permaneció hasta la actualidad; explotada siempre como parador por capitales privados mediante sucesivas licitaciones.