Opinion | 30 Ene La presencia de Valeria Lynch en nuestra ciudad, en lo que representó la unión de productores privados con la Intendencia de Paysandú, no solamente concretó un buen espectáculo artístico que fue del agrado de los miles de personas que siguieron con pasión sus dos horas de extensión, sino también la posibilidad de que una sanducera cantara en el gran escenario.
Sofía Núñez fue quien abrió el espectáculo con tres versiones, tres covers, de conocidos temas. La presencia de la sanducera obtuvo el gran reconocimiento del público local, que sintió orgulloso que una de nosotros estuviera en ese lugar de privilegio, nada menos que como soporte de la estrella de la canción con más de 40 años de sólida trayectoria.
Núñez cantó con soltura, aunque permaneció estática en el centro del escenario, y entre canción y canción supo comunicarse con soltura con el público. Entre las cosas que dijo, expresó que no tiene estudios de voz y canto, lo que definitivamente hace mucho más valiosa la calidad de su timbre, tono e intensidad de voz.
La sanducera, finalista además de “Soñando por cantar”, el concurso televisivo de Canal 13 que retomará en febrero, triunfó con apenas tres canciones y sin duda se encamina decididamente a obtener mucho más con su voz y su canto.
No obstante, cuando subió Valeria Lynch se notó claramente una diferencia. No la experiencia, no la trayectoria, no su voz de mezzosoprano que fácilmente llega a soprano, sino que tiene la voz educada, que ha estudiado canto (con la cantante del Teatro Colón, Clara Calvo en sus inicios). Esa es la diferencia clave y notoria.
En Paysandú, hay muy buenas voces, como la de Sofía Núñez y otras. Pero no están educadas o al menos necesitan profundizar estudios de foniatría y canto. Hay mucho camino para avanzar en este sentido e incluso la propia Valeria Lynch deslizó la posibilidad de poner una escuela de canto en Paysandú.
Sería excelente que desde Paysandú surja algún emprendedor que pueda ser socio de la cantante argentina para que aquí se instale una academia de canto con toda la experiencia de Lynch tiene en sus otras once escuelas.
No se desconoce de manera alguna a la Escuela de Música de la Intendencia ni a maestros privados que estén enseñando canto. Lo que se indica es que hay que ir un paso más adelante, establecer una escuela de canto que incluso pueda atraer estudiantes de la región, al amparo del nombre de la estrella internacional que es Valeria Lynch.
Esto puede ser la diferencia entre que, por ejemplo, Sofía Núñez sea una buena cantante o una estrella de la canción.