Opinion | 03 Feb El Paysandú que Uruguay tiene como referencia es aquel que creció desde la década de 1940 en adelante, cuando se desarrollaron las industrias que fueron --y algunas son aún-- iconos de la asociación del capital y el trabajo pensando en el desarrollo de las personas y el departamento. Azucarlito, Paycueros, Paylana, Norteña, Azucitrus, Fricasa, aún siguen siendo sinónimo de Paysandú, aunque alguna ya no exista. Y todo eso vinculando la inversión del productor agrícola ganadero con remolacha, cebada, ovejas y vacas, la mano de obra en el campo para obtener esa materia prima y las fábricas y los obreros para procesarlos en una gran cadena que implicó mucho trabajo y la consiguiente prosperidad.
Los sanduceros pasaron a ser el departamento industrial de Uruguay, apoyado también por su puerto y eso era reconocido en todo el país. Muchos de los hoy habitantes de Paysandú son hijos y nietos de quienes vinieron en un éxodo interno a trabajar acá con la concretada esperanza de una vida digna.
Varias crisis económicas de por medio, gobiernos que no priorizaron la industria nacional --y por ende sanducera-- como base de la bonanza de los uruguayos, determinaron cambios sociales y laborales que empañaron aquella imagen de fuerte clase media y empresas que tenían miles de empleados bien pagos.
Por una mayor rentabilidad, las empresas buscaron el ahorro en todos los rubros posibles y eso también influyó en la calidad del pago por el trabajo. Se multiplicaron las que “tercerizaban” servicios que antes eran propios. Así pasó con la limpieza, la vigilancia, el mantenimiento mecánico o eléctrico, las cuadrillas para trabajar en montes de naranja. Eso trajo otros problemas: la precariedad del trabajo, los menores sueldos y la consiguiente disminución de la histórica clase media sanducera.
Una reciente negociación entre el directorio de Paycueros S.A. y sus trabajadores resultó en que el último grupo de “tercerizados” de esa empresa pasó a integrar la plantilla oficial de la histórica curtiembre. Así, 32 sanduceros que trabajaban para una empresa de limpieza que únicamente servían a Paycueros --algunos desde hace 14 años-- ingresaron a la empresa madre, lo que llevó a la satisfacción de los trabajadores en cuanto a que ahora sí son parte de la empresa para la cual han trabajado tantos años.
Esa actualización real de su propio personal ya se ha dado en otras empresas --probablemente se siga dando en virtud que las circunstancias son distintas-- y es bueno que Paysandú vuelva a ser un pueblo referente, con bases sólidas de trabajo que determinan también más sólidas bases sociales para la convivencia y el desarrollo.