Opinion | 13 Feb Tras el sorprendente anuncio del papa Benedicto XVI, de que renunciará a fin de mes, podría estar acercándose el momento en que la Iglesia Católica elija a su primer líder no europeo, y podría ser un latinoamericano. La región representa al 42% de la población católica de todo el mundo, de unos 1.200 millones de fieles, por lo que es el mayor bloque dentro de la Iglesia, comparado con un 25% en Europa.
Pero --más allá de los deseos-- la posibilidad de que haya un Papa latinoamericano no es muy clara, en parte porque la mayoría de los cardenales que elegirán al nuevo Pontífice son europeos. Las opiniones entre analistas y expertos se dividen entre quienes ven que la región sí tiene posibilidades y quienes son más cautelosos.
Es cierto que luego que fueran electos Juan Pablo II, que era polaco, y Benedicto XVI, nacido en Alemania, el puesto, alguna vez reservado para los italianos, ahora está abierto para todos. Pero el origen dependerá del perfil del nuevo Papa que consideren mejor para guiar a la Iglesia los cardenales encargados de la decisión en el próximo cónclave.
Por otra parte, Latinoamérica sufre el embate de las religiones evangélicas que paulatinamente han ido restando fieles a la Iglesia Católica. El catolicismo en México, que siempre fue superior al 90% ahora ha bajado ya al 84%. Y en Brasil, profundamente católico, también se ha producido una reducción, cayendo del 84% al 68% en pocos años. Un Papa latino sería un cambio dramático en la historia de la Iglesia, pero quizás no tanto como si eligieran a un Papa negro. De hecho, el cardenal Peter Turkson, de Ghana, es uno de los mencionados como favorito para asumir el pontificado. Y Nostradamus pronosticó el “rey negro”, pero con tal crueldad que sostiene que será el último antes del Apocalipsis.
No es la primera vez que se hacen especulaciones sobre la posibilidad un Papa latino o africano, pero hasta el momento, el peso de la Iglesia europea en el concilio se ha hecho notar una y otra vez. De todas formas, sea quien sea asuma como nuevo Papa, no tendrá un apostolado sencillo ni en paz. Los abusos sexuales y la pedofilia marcan a la Iglesia con dureza; desde abajo religiosos y misioneros piden mayor democracia y hasta que se reforme el papado; la batalla por la transparencia en los fondos que recibe y maneja el Vaticano; en tanto la eutanasia, el aborto y el matrimonio homosexual serán algunos de los temas que esperan solución. Claro, quizás tenga una ventaja: la ayuda de Dios.