Opinion | 18 Feb Pese a que la idea del gobierno es que la nueva operativa de cargas ferroviaria integrada en el 51 por ciento por AFE y en un 49 por ciento por la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) comience a funcionar a partir de marzo, subsiste el obstáculo de la posición del sindicato del ente, desde que la negociación que se había iniciado para acordar el traspaso de trabajadores a esta nueva empresa y definir el futuro de los empleados excedentarios de AFE quedó detenida, ante el rechazo de la Unión Ferroviaria a la propuesta del Poder Ejecutivo.
Desde el sindicato se dijo a El Observador que la propuesta del Poder Ejecutivo al respecto es “ridícula” y “una tomadura de pelo”, por cuanto “si el gobierno quiere retirarnos de AFE y que nos vayamos debió crear un verdadero retiro anticipado o una jubilación anticipada que realmente compense el perjuicio al trabajador”, indica el matutino.
Mientras tanto, los directivos del organismo manejan algunas alternativas de trabajo para el futuro inmediato y, según había indicado a principios de año el presidente de AFE, Jorge Setelich, el transporte de piedra puede constituirse en una tabla salvadora para el ente en 2013 y generar un “salto cuantitativo” en el volumen de carga movilizado por el tren.
De acuerdo al jerarca, el directorio definió como una de sus prioridades para el primer trimestre de este año generar un plan que prevé la incorporación de 40 vagones y dos locomotoras con una inversión que ronda los U$S diez millones. La construcción de la planta regasificadora en la bahía de Montevideo es la base para esta iniciativa, teniendo en cuenta que el Poder Ejecutivo prevé adjudicar el ganador del llamado a licitación en abril, por lo que la posibilidad de sumar el transporte de piedra para la construcción de la escollera que requerirá el barco regasificador significará un “salto cuantitativo” en los volúmenes de carga y facturación del ente. Según indicó, AFE estaría en condiciones de aumentar un 50 por ciento su capacidad de carga y alcanzar 1,5 millones de toneladas en el año, pero debería requerir un plan distinto al resto de los contratos de carga que tiene con operadores de granos, cemento y madera.
La construcción de la planta regasificadora requerirá un máximo de cinco millones de toneladas de piedra. Esto es el doble de lo que demanda Uruguay actualmente por año. Por ese motivo es altamente probable que este incremento abrupto del consumo dispare los precios. Para ganar tiempo y ahorrar recursos, AFE se asoció con Ancap para tramitar los permisos de las canteras para obtener el volumen de piedra que demandará la planta regasificadora. Sin embargo, la principal dificultad que tiene hoy el ente, producto de su baja calificación en el sistema bancario, es la posibilidad de acceder a financiamiento sin la garantía del Estado.
Pero hay que ir despacito por las piedras, como dice el refrán, ya que estamos hablando del tema, y la negociación con la Unión Ferroviaria es la piedra en el zapato para dar lugar a los pasos siguientes en cuanto a la reconversión del ferrocarril y generar el aporte de este instrumento logístico en la infraestructura de apoyo que necesitan sectores productivos primarios en Uruguay.
Este aspecto parece secundario para el sindicato, que como todo nucleamiento de trabajadores y gremiales del área de actividad que sea, se ha creado para defender sus intereses, y nada indica que pueda avanzarse un ápice en esta reconversión si antes no se logra una propuesta satisfactoria ante un Poder Ejecutivo que una y otra vez repite la necesidad de contar con un ferrocarril adecuado a los intereses del país, pero se muestra vacilante a la hora de las definiciones porque no quiere chocar con el movimiento sindical.
Desde que asumió, y cuando va transcurrida más de la mitad de su mandato, el presidente José Mujica ha proclamado y reafirmado como una de las prioridades de su gobierno la reactivación del ferrocarril, para potenciar la infraestructura logística del país, pero la realidad indica que los pasos que se han dado no tienen la firmeza ni la agilidad que requieren las circunstancias.
En este caso, la situación de los trabajadores en negociación conlleva el hecho de que el nuevo organismo deberá prescindir de casi la mitad de la plantilla, por cuanto actualmente el ente tiene 1.100 funcionarios y se requerirán solo entre 500 y 600. La contrapropuesta del sindicato se conocería la próxima semana, tras una asamblea de delegados de todo el país, lo que significaría más indefiniciones y postergaciones en la toma de decisiones, que no son fáciles, por cierto, teniendo en cuenta la magnitud de los recursos que se necesitan, con un plan de trabajo y negocios a mediano y largo plazo que sea creíble y forme parte de una reestructura drástica.