Paysandú, Miércoles 20 de Febrero de 2013

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Locales | 20 Feb El IASS: forma refinada inventada por el Frente amplio para sustraerle dinero a los pasivos

IASS es la abreviatura de “Impuesto a la asistencia de la seguridad social”. Según el diccionario “robar” es “apoderarse de lo ajeno con violencia o engaño”.
La seguridad social consistió básicamente en que todos aquellos que comprenden el sector de los “económicamente activos” y perciben sus haberes por trabajos (sueldo, jornal, dieta, honorario, salario, etcétera) aporten un porcentaje de sus ingresos con destino a las arcas de las entidades que se encargan de la Seguridad Social. Ese aporte es llamado comúnmente, montepío. En nuestro país, antiguamente el montepío iba a las distintas Cajas de Jubilaciones (Civil, Industria y Comercio, Rural, etcétera) según el ramo de ocupación del trabajador. Luego de la gran reforma nacional que tuvo el Uruguay en el siglo XX, orientada por la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE), que se creó y funcionó en los períodos de gobiernos del Partido Nacional en la década de los años 60, las distintas cajas de jubilaciones del Estado pasaron a integrarse todas ellas en lo que es hoy el Banco de Previsión Social. Allí van todos los aportes de los montepíos que pagan los trabajadores que figuran legalmente en las planillas laborales.
El BPS se ufana que el desempleo es tan bajo que superó ampliamente el millón de afiliados activos con una recaudación récord histórico.
Hay trabajadores que además de haber aportado toda una vida al BPS, aportaron a otras cajas de jubilaciones que no dependen de él, como ser, la Caja Notarial, la Caja de Jubilaciones y Pensiones de los Profesionales Universitarios y la Caja Bancaria. Ejemplo, un bancario que hubiera sido comerciante o un escribano que fuera además empleado público. O cualquier profesional universitario que además de su profesión haga un trabajo público o privado en la industria, el comercio o el campo. Esos aportaron a las distintas entidades de previsión social durante decenas de años el 13% de los ingresos nominales y en algunas épocas y casos hasta el 16% y el 21%. Ese aporte solidario lo hicieron todos para solventar las prestaciones que se dieron siempre a jubilados y pensionistas. A su vez iban formando los fondos necesarios para cobrar sus propias jubilaciones el día que mermadas sus mejores capacidades dejaran de trabajar, pasando a cobrar su merecida y autogenerada pasividad. Todo era esfuerzo continuo, solidario e intergeneracional. Pero al Uruguay le llegó en el 2005 por decisión propia de los uruguayos, la “plaga bíblica” del Frente Amplio. El Dr. Vázquez, su ministro Astori y el séquito de todo el FA, entre otras cosas aviesas, inventaron ¡que las jubilaciones eran rentas!
Y le aplicaron el “impuesto a las rentas de las personas físicas” (IRPF) a todo jubilado que cobrara más de ocho mil y pocos pesos de pasividad. Después de un tiempo de esquilmarle los bolsillos a los jubilados ilegalmente, y habiendo dicho la Suprema Corte de Justicia de que eso era inconstitucional, el Frente Amplio sin devolverles el dinero mal habido, le cambió de nombre a ese impuesto, bautizándolo como “impuesto de asistencia a la seguridad social”: IASS. Maniobra de tufo fraudulento mediante la cual a quienes ya fueron solidarios y aportaron legalmente por mas de 30 ó 40 años, se les despoja masiva e impunemente parte de los fondos que formaron y que les corresponden.
El Frente Amplio mientras se jacta de haber logrado una bonanza económica histórica, impone esa “asistencia” coercitivamente. O sea, organizó una medida que violenta la voluntad de los jubilados, obviamente contraria al IASS. Y ejerce esa violencia organizada por él mismo sobre una masa sin capacidad de lucha a la que pretende embaucar con engañifas. El Frente Amplio “caviar” de Vázquez & Cía. y el “ferretero” de Mujica, usa al Estado para apoderarse de lo ajeno con violencia y refinamiento maligno.
El impuesto se aplica según los montos de las jubilaciones, que se separan en cuatro franjas según pasen o no los topes de cada una de ellas. Ahora la primera tiene su tope en $20.782 (menos de la mitad de la canasta básica familiar). Por debajo de eso no se paga IASS. La segunda va de $20.783 al tope $38.967 y los comprendidos entre esos montos pagan el 10% de su jubilación. La tercera va de $38.968 a $129.890 y pagan el 20% de la jubilación y en la cuarta a partir de $129.891 pagan el 25%. Pero como el porcentaje de aumento de los topes que marcan las franjas se fija siempre menor que el porcentaje de aumento de las jubilaciones, cada vez son más los pasivos que superan esos montos “anestesiados”, ingresando a las sucesivas franjas para pagar cada vez más. Los números cantan. Del total de los 679.634 pasivos existentes en el año 2012, pagaron el IASS 120.022. Un 18% de ese total. Esa cifra representa un aumento de contribuyentes con respecto al año 2011 de 11.140 pasivos. El incremento no es debido a que las pasividades aumenten mucho sino a que los topes aumentan poco. Se mantienen intencionalmente bajos para que sean superados e ingresen a pagar IASS cada vez más pasivos, especialmente de la clase media. Si la canasta básica familiar es de unos $46.000, cuando los jubilados llegan a cobrar esa famosa canasta ya les quitan el 20% de la pasividad y quedan de nuevo por debajo de la misma. Todo apunta a que en el 2013 paguen IASS más pasivos que en el año 2012.
Es lógico suponer que los 120.022 pasivos que ya pagan el IASS más los miles que este año ingresen al “círculo de los paganini”, en el 2014 tendrán memoria para no dar su voto al Frente Amplio cuando el Dr. Vázquez los invite de nuevo a que “¡festejen uruguayos, festejen!”
Edil Ing. Ramón Appratto Lorenzo


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