Locales | 20 Feb El carguero salteño Amambay podría ser sacado de su varadura al norte de Paysandú mediante un plan de rescate que ya ha sido elaborado por asesores ucranianos, los que consideran que en dos o tres días sería posible extraer a la nave de su posición.
La zona donde encalló, como gran parte del río Uruguay, carece de señalización, y la estrechez del canal fue determinante para que el buque se fuera sobre el banco de arena sin posibilidad de maniobra para evitar el siniestro.
En los últimos días integrantes de una empresa naviera de Ucrania se trasladaron a Salto para asesorar en la instrumentación de un plan de salvataje del Amambay, enviados por una empresa europea aseguradora de barcos, yates y otras embarcaciones, y que cubre el seguro del carguero salteño.
Vladimir Hubko, uno de los integrantes de la agencia, visitó el lugar donde está varado el Amambay y comprobó que tanto la estructura general del barco como la carga están en perfectas condiciones, por lo que hasta ahora a la empresa propietaria del buque, Gibamar S.A., no le correspondería ninguna indemnización por este concepto.
Hubko asesoró a la empresa y a la Prefectura de Puerto de Paysandú sobre la forma en que podría encararse el rescate, argumentando que el río Uruguay es muy similar a los ríos que existen en Ucrania y donde los encallados en bancos de arena son comunes.
Hubko es propietario de una flota de embarcaciones en Ucrania y tiene una vasta experiencia en varaduras, ya que este tipo de accidentes es muy común en ese país. Dijo que a través de una serie de trabajos en torno al buque es posible liberarlo, y que asesoró a la empresa para que contrate un buque a efectos de que succione arena. Estima entonces que en dos o tres días de trabajo la nave podría nuevamente estar flotando libremente.
A la vez subrayó que el río Uruguay es un curso de agua que debería ser cien por ciento navegable, pero que no está aprovechado ni preparado para tal fin, según declaró al colega “Cambio” de Salto.
Observó que no hay ningún tipo de señalización, y agregó que un buque debe contar con un camino señalizado, como se hace en las carreteras, para que el operario pueda tener certeza sobre el canal de navegación.
Consideró que con un río en estas condiciones “era lógico” que pasara tarde o temprano un incidente de estas características, porque se requiere conocer muy en profundidad el río para saber por donde navegar y no tener inconvenientes, a la vez de señalar que si se piensa en reactivar la carga por vía fluvial debe ir acostumbrándose a que este tipo de inconvenientes suelen ser muy comunes.
Dijo además que una vez que se ponga a trabajar el buque y succionar la arena, en dos o tres días como máximo el Amambay estará nuevamente a flote y que si llueve y el nivel del río sube, podría lograrse que zafe antes.