Opinion | 21 Feb Durante el encuentro del fin de semana de todos los intendentes con el presidente José Mujica en la estancia presidencial de Anchorena, el intendente salteño Germán Coutinho mantuvo un contacto personal con el mandatario y le encargó encarecidamente que se ocupara personalmente de llevar adelante el proyecto de instalación de un Instituto de Medicina Altamente Especializada (IMAE) en Salto, para la atención de pacientes cardiológicos de los departamentos más alejados de Montevideo.
El jefe comunal salteño se jugó de esta forma una carta que podríamos calificar a esta altura como desesperada, por cuanto las administraciones pasan, los ministros de Salud Pública y titulares de ASSE cambian, y los proyectos como el IMAE no se concretan, más allá del apoyo verbal y las promesas que se suceden sin ser confirmadas en hechos.
En este caso, Coutinho apeló a que el mandatario ha señalado en repetidas ocasiones que su prioridad es atender las demandas del Interior, como es el caso de la Universidad Tecnológica y el intento de mejorar la atención de la salud en el medio rural, para ver si con el impulso presidencial se logra vencer las barreras que han impedido hacer realidad este proyecto.
El relevo del ministro de Salud Pública, Jorge Venegas, quien estaba al tanto del proyecto y dijo que lo iba a apoyar, no es precisamente una buena noticia en cuanto a la continuidad de las acciones, ya que seguramente quien lo reemplace deberá ponerse al día en todo lo actuado y por mejor buena voluntad que ponga, igualmente habrá una nueva dilación en torno a la iniciativa.
Debe tenerse presente que en octubre del año pasado el Ministerio de Salud Pública (MSP) decidió habilitar la apertura de un nuevo Instituto de Medicina Altamente Especializada (IMAE) en Montevideo, que será el séptimo instalado en la capital, cuando en el Interior todavía no contamos con ninguno de similares características, pero al mismo tiempo aclaró que simultáneamente, para fines de 2012, se tendría el visto bueno para instalar el centro cardiológico de Salto, de lo que todavía no se ha concretado.
Por cierto, siempre es una buena noticia que se amplíen los centros de alta tecnología en medicina, pero el punto es que mientras el Interior sigue careciendo siquiera de un IMAE, y continúan postergándose decisiones pese a las gestiones que se han desarrollado por ejemplo para instalar un IMAE Cardiológico distribuido entre Salto y Tacuarembó, para el litoral norte del país, imprevistamente se decide incorporar uno más en Montevideo, que todo indica saldrá antes que el del Norte.
Este anuncio del nuevo IMAE capitalino no cayó nada bien en las fuerzas vivas y cuerpos médicos de Salto y Tacuarembó, que desde hace años –como así también Paysandú-- bregan por contar con un centro de estas características en la región, porque además va en desmedro de los potenciales pacientes cardiológicos que deben ser objeto de largos traslados a Montevideo, cuando precisamente el tiempo es vital en estas urgencias, y la atención debe prestarse como máximo dentro de las tres horas del evento cardiológico.
Debe tenerse presente, en cuanto a prioridades entre Montevideo e Interior, que según datos del propio Fondo Nacional de Recursos en un infarto agudo de miocardio la probabilidad de acceder a una angioplastia de rescate es entre tres y siete veces mayor para pacientes del área metropolitana que para un paciente del norte del río Negro.
La Sociedad Médico Quirúrgica de Salto (Centro Médico SMQS), promueve desde hace 14 años la instalación de un IMAE cardiovascular para el norte del país, y hace cuatro meses la expectativa era que posiblemente se tendría “antes de fin de año” una resolución en este sentido, luego que en junio Salto y Tacuarembó presentaran un borrador al ministerio.
Pero han transcurrido ya varios meses y no se ha tenido respuesta, en tanto la propuesta de instalar un IMAE en el Hospital Militar llegó hace poco tiempo y ya fue aprobada, aunque tampoco se ha concretado.
Y aunque desde el gobierno se ha señalado que la demora depende de aspectos “burocráticos”, estamos ante un tema de decisión política del gobierno de turno, de falta de decisión de las autoridades nacionales de romper con el esquema de intereses de las grandes corporaciones de profesionales que han sido determinantes para que todos los IMAE estén instalados en Montevideo y la apelación final a que el presidente Mujica haga suyo el tema evidentemente se inscribe en el hartazgo de chocar una y otra vez contra la pared, con promesas y “palmaditas” de comprensión y apoyo, pero sin concreciones.