Locales | 01 Mar Sobre las 20 de ayer pudo zafar de su varadura el carguero salteño Amambay, como culminación de un operativo que se inició el miércoles con el apoyo de la refuladora Renemar y el repunte que ha experimentado el río Uruguay en los últimos días.
Durante la jornada de ayer se había generado la expectativa de que en pocas horas pudiera zafar de su varadura el carguero Amambay, a efectos de continuar su accidentada marcha hasta el puerto de Nueva Palmira con su carga de 600 toneladas de trigo, lo que finalmente se concretó antes de lo previsto.
En diálogo con EL TELEGRAFO, el capitán de la nave, Jorge Gómez, destacó que desde la jornada del miércoles estuvo trabajando en el lugar la refuladora Renemar, perteneciente a la Intendencia, la que en su momento había sufrido un desperfecto en su motor cuando precisamente se dirigía a auxiliar al carguero, hace varios días.
La llegada de la refuladora coincidió con un auspicioso repunte del río a esta altura del curso, el que había llegado a superar los 2,40 metros sobre el cero de la escala en el lugar donde estaba varado el buque. Se tenía la expectativa de que el “paterno” siguiera creciendo y que con el trabajo de la refuladora extrayendo arena en torno al casco del barco salteño se generaran de un momento a otro las condiciones para que zafara de esta posición.
Gómez señaló a EL TELEGRAFO que en la tarde de ayer ya el Amambay estaba próximo a poder flotar, pero que aún no daba para zafar de la encalladura en el banco de arena de la zona de Pepeají, con legítima expectativa de que en horas siguientes la nave pudiera salir de su posición, aunque ello dependería de que se mantuvieran las condiciones favorables que ha venido presentando el río en estos días.
“Logramos salir próximo a las 20, luego de una intensa tarea”, con una altura del río de poco más de 2,45 metros, “trabajando duro con la Renemar desde ayer (por el miércoles) sacando arena del entorno del barco”, manifestó el capitán del Amambay.
“El río Uruguay ha estado creciendo desde hace tres días, y con el trabajo de la Renemar hemos podido flotar ya hoy, cuando toda la expectativa se centraba en que íbamos a poder lograrlo recién mañana”, indicó Gómez, a la vez de señalar que tanto los tripulantes como la carga se encuentran bien.
“Se ha tomado la temperatura a la carga, como así también la humedad, y hasta el momento está todo bien”, destacó el capitán. El Amambay encalló en la noche del 24 de enero, en medio de una fuerte tormenta que lo desvió hacia un banco de arena al norte de la isla de Pepeají, a pocos kilómetros de la desembocadura del río Queguay, cuando encaraba el segundo viaje de transporte de trigo desde Salto hasta el puerto de Nueva Palmira.
El capitán señaló que la nave no reemprenderá el viaje hasta Nueva Palmira de inmediato, sino que como lo establecen las normas, fondeará a poca distancia del lugar y deberá aguardar la correspondiente inspección de Prefectura a efectos de determinar que la nave no ha sufrido inconvenientes que afecten sus condiciones de navegabilidad.