Paysandú, Lunes 04 de Marzo de 2013
Opinion | 02 Mar En el marco de una política no siempre criteriosa para promover el uso de las energías renovables, el gobierno se ha lanzado de lleno --por lo menos en un contexto considerado para el plano interno-- a ofrecer la energía solar para hogares y empresas. Es así que el director nacional de Energía, Ramón Méndez, anunció que en unas dos semanas el presidente José Mujica firmará un decreto que habilitará a UTE a suscribir convenios por 25 años para compra de energía fotovoltaica por hasta 200 megavatios con operadores privados, por un precio que oscilará en los 90 dólares por megavatio hora, valor que de todas formas está significativamente por debajo del que pagan los países desarrollados.
El año pasado, a la vez, en lo que fue considerado como un “relanzamiento” del denominado Plan Solar de UTE, el presidente del organismo, Gonzalo Casaravilla, anunció que se incorporarían estímulos adicionales para que los usuarios se vuelquen a la compra subsidiada de equipos para calentar agua y ahorrar electricidad, que es la base de esta iniciativa.
En ese momento las autoridades del organismo resolvieron introducir mayores incentivos para promover el ahorro de electricidad que se utiliza para calentar agua, en este caso llevando el subsidio original de 4.200 pesos para cada familia y la financiación del Banco Hipotecario, para cuadruplicarla, a lo que se agrega que los clientes que instalen paneles solares tendrán una tarifa de 700 pesos durante 24 meses, en el caso de los primeros dos mil quinientos colectores solares, entre los que además se sortearán cien gratuitos.
En las últimas horas, a todo esto, se anunció que con quince empresas proveedoras y 150 hogares conectados a calefactores solares, UTE lanzará a mediados de enero su segunda campaña de publicidad para promover la energía solar, con el objetivo de llegar a conectar dos mil paneles en hogares de todo el país.
La posibilidad de instalación de colectores y paneles solares para generar energía es una propuesta de toda lógica para un país donde existe un número de horas de sol al año mucho mayor al de otros países donde hay sin embargo instalado un alto porcentaje de dispositivos de este tipo, los que permiten un ahorro significativo en el consumo de la red eléctrica si se tiene en cuenta que de acuerdo a estimaciones de los técnicos de UTE, el cuarenta por ciento de la electricidad que se consume en un hogar se utiliza para calentar agua en termotanques y dispositivos similares.
El mayor obstáculo que se presenta para que pueda masificarse el uso de calentadores solares, sobre todo en el norte del país, donde hay un mayor aprovechamiento de la energía solar, es precisamente el costo de la inversión inicial, por más que se incorporen subsidios y facilidades para la amortización, puesto que resulta muy caro de implementar en las viviendas ya construidas, que necesitan importantes modificaciones en cañerías, red eléctrica y demás. Además, las exigencias planteadas por UTE para certificar la instalación y así poder acceder al subsidio, encarecen aún más el cambio tecnológico al extremo que ni siquiera con este incentivo resulta atractivo hacerlo.
Un paso complementario al del calentamiento directo del agua por la energía solar, es la búsqueda de transformar esa energía en electricidad para integrarla a la red nacional mediante células fotovoltaicas, como es la intención del gobierno en esta coyuntura en que existe un contexto desfavorable en los países del Primer Mundo para el desarrollo de las energías renovables ante la crisis económica en el viejo continente, fundamentalmente.
Precisamente se apunta a captar inversiones significativas en esta área, y en el gobierno y UTE hay confianza en que el llamado será un éxito. Según informa El Observador, Méndez indicó que el país va a producir la energía eólica más barata del mundo y que aspira a hacer lo mismo con la energía fotovoltaica, por la caída en los costos de los paneles solares.
Pero claro, en estas políticas de promoción debe evaluarse cuidadosamente el contexto internacional, los plazos de retorno y la capacidad de captación, y ya surgen las primeras advertencias respecto a las posibilidades de éxito de la convocatoria. Según el analista de Bloomberg New Energy Finance en Zurich, Jenny Chase, el precio que ofrecerá el gobierno de Uruguay será probablemente el más bajo del mundo, por lo que estima que será insuficiente para captar el interés de los desarrolladores privados. “Ese nivel de compensación es muy optimista”, advirtió el experto.
Y si bien en la vida hay que ser optimista para alcanzar las metas, también hay que ser realista y no excederse en las expectativas. Con todo, es cierto que hay un contexto que ha desanimado a los inversores del mundo desarrollado, y que según fuentes del gobierno ya hay manifestaciones de interés de empresas italianas y españolas, aun manejando un valor que es casi del 50 por ciento de lo que han estado pagando China y Alemania por la energía fotovoltaica. Es de esperar que en este caso el optimismo y el realismo vayan de la mano, que la oferta sirva a los que aportan tecnología y capitales de riesgo, y que en un plazo más o menos inmediato veamos desarrollar esta energía en el Uruguay, para complementar la reconversión en marcha ya con otras fuentes alternativas.
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