Deportes | 04 Mar TACUAREMBÓ (por Santiago Balbis, enviado especial). Dio un paso importante. Es verdad que un cero a cero significa volver a poner la pelota al medio en igualdad de condiciones, sin que nada esté definido. Pero empatarle de visita a Tacuarembó, que se comió crudo a Artigas en la fase anterior, significa para Paysandú el haber dado un envión importante pensando en la clasificación a las semifinales de la Copa Nacional de Selecciones.
La Blanca dejó en claro anoche, en el Goyenola, que quiere más. Que entre quien entre a la cancha, dejará el alma. Y que peleará hasta el último instante para quedarse con el pasaje a las semis del campeonato.
El equipo de Ramón Silvera hizo un gran partido, pese a las dificultades. Es que luego de que los rojos de adueñaran del balón durante los primeros minutos, Paysandú fue a más. No solo equiparó el juego, las acciones y copó el terreno, sino que poco a poco comenzó a generar incidencias de gol sobre el arco contrario.
Paysandú se sacrificó por entero. Los volantes cambiaron de un lado a otro, no solo con la intención de frenar los intentos del rival, sino pensando también en generar peligro y jugar para un navegante solitario como lo fue Timoteo Acosta, que complicó durante todo el partido a la defensa.
Pero poco a poco Aguirre se fue metiendo en el compromiso, y comenzó a lastimar con sus corridas por la izquierda, ya luego de haber intercambiado de sector con Patritti. Daglio fue otro de los que luchó e intentó, mientras que Ríos comenzó a acompañar de buena manera.
Tan fue así que Ríos reventó la pelota en el horizontal cuando parecía que era del golero, y Francolino exigió al guardameta con otro remate de media distancia, quedándose con las ganas de festejar ante una excelente atajada de Vaz.
Pero fue fundamental la tarea defensiva. Fue lo que permitió que el equipo se fuera soltando de a poco, al brindar seguridad en forma permanente, con un Mattiauda exuberante, ganando por arriba y abajo a lo largo de todo el partido.
Tacuarembó no encontraba ideas claras. No tenía espacios. Siqueira ya no exigía como en choques anteriores, y el juego de Píriz brillaba por su ausencia, más allá de que Federico Acosta realizó un par de contenciones importantes no solo en el primer tiempo, sino sobre el final del partido, cuando los rojos habían encerrado en su campo a Paysandú.
Claro, a esa altura, la Blanca peleaba con un hombre de menos, ante la expulsión de Aguirre cuando transcurrían 29’ de la segunda mitad.
En el segundo tiempo Tacuarembó se jugó al todo o nada, sabiendo que debía marcar la diferencia ante la exigencia de la tribuna, que pedía más. Por eso Píriz comenzó a controlar el balón, los cambios le permitieron al local tener más la pelota, gracias a que Paysandú comenzó a asegurar el resultado.
Firme atrás, con convicción en la mitad de la cancha, la Blanca fue llevando el partido. ¿Complicado? Bastante. Pero recién sobre el final del compromiso Tacuarembó apretó en acelerador, mientras la visita iba a todas de dientes apretados, repitiendo el libreto que puso en escena ante Rivera, una semana atrás, que le permitió alcanzar la clasificación a esta fase.
Fue un cero a cero justo, más allá de una mano de Mattiauda en el área, que el árbitro no vio y que podría haber sido quizá demasiado premio para Tacuarembó. Paysandú hizo el desgaste, puso el alma para sumar un punto importante que le permitirá llegar al Estadio Artigas con la chance intacta de definir la clasificación en casa.