Rurales | 06 Mar Visiblemente molesta por la situación de constantes robos de haciendas que viven en la zona de Cuchilla del Fuego, la productora ganadera y criadora de caballos Criollos Sonia Souza sostuvo a EL TELEGRAFO que “todos sabemos quien es y estamos aburridos de hacer denuncias con los vecinos y nunca pasa nada”, aclarando que desde el año 2006 “estamos acostumbrados a que en cada recuento por año, tenemos una cuota menos de 60 lanares”.
Souza, quien participó ayer de la reunión de la Comisión de Seguridad Rural en el Mevir de Cuchilla San José, dijo que “a partir de julio del año pasado, comprobé personalmente que tenía gente adentro del establecimiento robando, y en cada estancia estaban todos los capataces, por lo menos 7 u 8 involucrados”.
“Llamé a la Brigada de Prevención y Represión al Abigeato (Bepra) y tuve que echar a más gente, entre ellos lamentablemente a una persona que apreciaba y que hace algunos años que estaba en Santa Amelia’”, el establecimiento familiar con más de 150 años.
Indicó que se pasó al juez “y a esa persona se la acusó de haber comprado ganado robado. Todo quedó quieto, la gente está suelta y no tengo pruebas, y a partir de ahí comencé a recibir amenazas constantemente”. Precisó que “recibí algunas amenazas de muerte, otras que fueron verbalmente. Sé quien es la persona pero como cuenta con el apoyo de sus patrones, no puedo decir nada”.
Agregó que “hice todas las denuncias en la comisaría correspondiente y no he tenido ninguna respuesta. He visto abogado en Salto y los testigos han sido amenazados, tienen miedo y se retractan”.
“Me siento impotente y no sé qué hacer”. Expresó que todo ha cambiado últimamente en esta zona que se ha convertido en tierra de nadie. “Prefiero morir como Leandro Gómez, de un balazo y no en un CTI. No tengo miedo a nada, pero entiendo que se debe encontrar una solución, porque además, no lo sufro sólo yo, sino toda la Novena seccional”. Enfatiza que la solución “es que la policía actúe. Me entrevisté directamente en Montevideo con la doctora Fernanda Maldonado, asesora de la Federación Rural en el tema de Seguridad Rural, y me preguntó si alguna vez fue la policía a verme, y le respondí que sólo la Bepra”.
“Tengo agendado cuando el día 5 de setiembre hice la denuncia ante la seccional Novena y vinieron a mi establecimiento en diciembre. Algunas veces que me llamaron me dijeron: ‘tenés gente armada dentro del campo’, pero nunca tuve apoyo”. Entre las vecinos hay amigos, un primo, incluso comentó que “uno de ellos a veces me pide que le recorra el campo, cuando crece el Queguay. Todos sabemos quienes son y dónde están y nadie hace nada”. La falta de 60 lanares todos los años prácticamente es algo normal para Sonia Souza y los productores de la zona, mientras que el robo de vacunos se acrecentó a partir del año pasado. “Van como 15 vaquillonas y en cada campamento en el monte nos arrean vacas, corderos y borregos”.
Manifestó que en la noche “se ven los focos de las luces de los vehículos, incluso una vez alguien me decía si serían ovnis y no, estaban embarcando de noche”.