Opinion | 03 Mar Entramos en el tercer mes de un año pródigo en aniversarios especiales por lo que consideramos que Paysandú debe actuar en consecuencia.
Como todos sabemos, este año los orientales celebramos el Bicentenario de las “Instrucciones del Año XIII” que dictara Artigas desde su cuartel frente a Montevideo. Pero, corresponde establecer que ya actúa plenamente una comisión que organiza la recordación. Incluso, Presidencia de la República ya está utilizando el logotipo alusivo.
Aclarado este aspecto, cabe recordar que Paysandú celebrará dos aniversarios muy importantes. En efecto, el 5 de junio próximo celebraremos el sesquicentenario de la elevación de Paysandú a la categoría de ciudad mientras también se cumplirán cien años del primer correo aéreo internacional de América del Sur que transportara correspondencia desde Concepción del Uruguay hasta nuestra ciudad.
Mientras tanto, en lo que hace a las proximidades, el próximo 12 de abril se cumplirán 150 años de la fundación de Colón, Entre Ríos y el 27 de julio San Javier celebrará sus cien años de existencia.
Ante las circunstancias apuntadas corresponde establecer algunas sugerencias que, creemos, se debería encarar en los distintos festejos.
En lo que tiene que ver con los festejos de los ciento cincuenta años de Paysandú Ciudad, lógicamente, ya se está trabajando y el propio Intendente Departamental, Bertil Bentos, ya anunció que se realizará un festival aeronáutico de características extraordinarias. Sin embargo, --y consideramos un deber apuntarlo-- no se ha informado de la realización de homenaje de ningún tipo a quien fuera el autor de la iniciativa parlamentaria que culminara con la promulgación de la Ley 780 que concretó, finalmente, la nueva categoría de ciudad.
Nos referimos concretamente al diputado por Paysandú, de la 9ª Legislatura, Justo Corta quién tomó y renovó la moción que había sido presentada en mayo de 1838 en la cámara oribista incluyendo también a la Villa del Salto en su propuesta.
Justo Corta Bermúdez nació en Montevideo en 1824. Recibió excelente educación y tuvo importante actividad como productor pecuario. Fue electo diputado por Paysandú en 1860.
En la justificación del proyecto de ley que presentaba, Justo Corta expresó: “...los elementos de vida propia y las condiciones de un desarrollo rápido que justifican el nuevo título de ciudad: creo haberlos hallado en la ventajosa posición que ocupa este centro de población, para ejercitarse en un comercio lucrativo, cuya circunstancia lo ha hecho prosperar con tal rapidez, después de la guerra de nueve años”.
Es innecesario abundar en aspectos históricos pero, sin dudas, resulta muy claro y evidente que Paysandú debe valorar y reconocer a su representante que logró que la villa sanducera recibiera la categoría de ciudad, hace 150 años. Parecería un acto de estricta justicia que una calle de esta ciudad llevara su nombre o, cuando menos, que una placa recordara su obra.
Por otra parte, en lo que tiene que ver con el centenario del primer correo aéreo internacional, nos preguntamos si la Comisión Administradora del Río Uruguay no debería promover un recordatorio ya que en aquella oportunidad Bartolomeo Cattáneo, en su Bleriot XI despegó en Concepción del Uruguay y sobrevoló el río para aterrizar en el hipódromo sanducero transportando una saca de correspondencia de uruguayenses para sanduceros.
En lo que tiene que ver con el centenario de San Javier, es bien sabido que, pese a estar en territorio de Río Negro, la “colonia rusa” tuvo y tiene lazos muy fuertes con Paysandú por lo que debería concretarse una presencia sanducera importante en los festejos que seguramente se desarrollarán en aquel lugar.
Finalmente, para este comentario, establezcamos que fue el 12 de abril de 1863, en el lugar conocido como Calera de Espiro donde el General Justo José de Urquiza procedió a la colocación de la piedra fundamental de la Villa de Colón.
Este sesquicentenario debe tener especial trascendencia pues la relación entre nuestras respectivas ciudades trasciende por mucho a la relación de localidades vecinas. Desde mucho antes que Colón fuese fundada la relación entre ambas orillas era firme y concreta. Con el correr de los años centenares de sanduceros encontraron refugio en la vecina ciudad entrerriana durante lucha, revueltas o enfrentamientos políticos y lo mismo ocurrió con los colonenses que debieron “cruzar” a Paysandú.
Juntas lucharon ambas comunidades para finalmente concretar el soñado Puente Internacional del Río Uruguay.
Centenares de sanduceros han hallado un futuro mejor para ellos y sus familias en la ciudad de Colón y otro tanto de colonenses se han radicado en Paysandú con igual objetivo.
El sesquicentenario de Colón será celebrado, de acuerdo a lo programado, los días 12, 13 y 14 del próximo mes de abril y es lógico pensar que pueblo y autoridades de Paysandú estarán presentes llevando un mensaje de integración.
Acaso sea casi una utopía pero es de preguntarse si no es posible que por unas horas, sólo unas horas, el puente “General Artigas” funcione como soñaron sus impulsores sanduceros y colonenses, es decir sea únicamente un camino de cemento para cruzar el río que nos une.
Nos preguntamos si estamos tan lejos de una civilización que permita que algunos miles de personas crucen por un camino sin controles, sin peajes, para encontrarse con sus amigos, sus hermanos, y festejar juntos que hace 150 años se creó aquella ciudad.