Paysandú, Jueves 07 de Marzo de 2013
Rurales | 05 Mar La directora de Recursos Naturales Renovables (Renare) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, ingeniera agrónoma Mariana Hill, confirmó que se decidió contemplar modificaciones en los Planes de Uso y Manejo Responsable del Suelo, siempre y cuando respondan a problemas climáticos --caso de sequías o de exceso hídrico provocado por lluvias fuera de lo normal--, pero advirtió que no se contemplarán temas comerciales.
Sostuvo que “no existirán problemas si es un tema coyuntural causado por problemas puntuales relacionados con el clima y se necesita una modificación sobre lo ya presentado que requiera adelantar, atrasar o realizar otros cambios, dependiendo de la situación”.
En el marco de una conferencia realizada en la Cámara Mercantil de Productos del País (CMPP), señaló en cambio que “no se aceptarán modificaciones que tengan que ver con variaciones de precio de los cultivos. Si el plan se altera en función del mercado, no estaríamos haciendo esto, sino que dejaríamos todo librado directamente a que el mercado regule lo que el productor siembra en cada momento. Todo lo que se presente tiene que mantener el criterio técnico de que la erosión para ese sistema sea menor o hasta lo que ese suelo tolere”, indicó.
En la actualidad se recepcionan planes, en el marco de la fase obligatoria, correspondiente a la zafra de cultivos de invierno que abarcará trigo y cebada. El plazo para presentar los mismos vence el próximo 30 de abril y se estima a nivel oficial que abarcarán unas 500.000 hectáreas.
Explicó que la planificación deben contemplar posibles variables en las cotizaciones y que si esto no es así, ya sea por falta de compromiso o una decisión explícita, se aplicarán sanciones. María Hill precisó que “la intención no es ignorar las variables económicas, pero está claro que si queremos que los suelos sigan siendo productivos en las próximas décadas se deben tomar en cuenta todas las posibilidades. Es probable que por valores circunstanciales a los agricultores les sirva realizar cambios sobre la marcha, pero las modificaciones deben hacerse tomando en cuenta las reglas de juego existentes”.
En la actualidad los mayores problemas de erosión se están dando en algunas zonas de los departamentos de Montevideo, Canelones y Paysandú, al tiempo que los peligros de degradación de los suelos de mayor magnitud se registran en el Este del Uruguay, explicó la directora de Renare.
En la zafra 2010-2011 sólo el 5% de los campos donde se hizo agricultura están relacionados posteriormente a pasturas, frente al 50% de lo que ocurría en la de 2000-2001. “Esto marca claramente que la ganadería y la agricultura se están separando, lo cual tiene consecuencia directa en el estado de los suelos”, dijo Hill. Al ser consultada sobre si los citados planes no significarán una alteración en la producción agrícola del país, provocando por ejemplo una sobre producción de sorgo que representa modificaciones económicas para el sector, la directora de Renare afirmó que hay situaciones que son más importantes que esas. El sorgo es un cultivo clave en las rotaciones.
“Todos los estudios técnicos indican que si no modificamos la forma de producir vamos derecho a una degradación de los suelos, que en muchos casos, puede ser irreversible. Si queremos que dentro de 50 años Uruguay siga siendo un país que tenga buenos rendimientos es necesario aplicar iniciativas de este tipo y que todos, incluyendo a los privados, se comprometan en el tema”, recalcó.
incertidumbre
El tema de manejo y uso de suelos genera todavía incertidumbre y dudas respecto a sus verdaderos objetivos de conservación del recurso natural, e incluso produce interpretaciones jurídicas contradictorias, cuando se está a dos meses de finalizar el plazo para la presentación obligatoria de los respectivos proyectos.
Un abogado reflexionó en la conferencia que el propietario, en caso de que no esté vinculado a la producción, se está haciendo responsable de algo que no conoce, mientras que un empresario de larga trayectoria en el medio rural sostuvo que se estará dando un cheque en blanco cuando se arrienda el campo.
Hill respondió que será clave el papel del agrónomo que presentará el plan, que incluso más allá de su acreditación, involucra el compromiso ético de la profesión.
También desde el punto de vista jurídico existen diversas versiones de interpretación, puesto que algunos opinan que no es necesaria la firma del dueño del campo en el plan que se presenta, de la misma manera que el propietario de un bien inmueble urbano no tiene que firmar ningún documento para cumplir con el pago obligatorio de la Contribución Inmobiliaria Rural. Hill aclaró que con firma o sin firma del propietario es el responsable solidario del plan presentado. El programa de suelos del MGAP tiene como base la rotación de los cultivos, por lo que comienza este año con los cultivos de invierno de trigo y cebada, como cabecera de rotación, debiendo establecer los cultivos del segundo año y tercero si es necesario. Un asistente preguntó si el MGAP evaluó la desaceleración productiva que ello puede causar como consecuencia de que, por ejemplo, cultivos que son mayoritarios (soja) no se puedan implantar en forma intensa como se viene haciendo hasta ahora.
Hill sostuvo que el interés de este plan es conservar el suelo y que en definitiva si el productor no se concientiza de este problema, llegará el momento en dos, tres o 10 años que se quedará con la mitad de su campo apto para agricultura, porque el resto fue afectado por las toneladas de erosión anual que pierde el país. Queremos la máxima soja, pero no podemos hipotecar la soja del futuro”, sostuvo Hill.
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