Locales | 04 Mar En las últimas horas retomó el viaje a Nueva Palmira el buque carguero salteño Amambay, que estuvo durante un mes y medio varado en un banco de arena a la altura de la isla de Pepeají, cercano a la desembocadura del río Queguay en el Uruguay. Como había adelantado EL TELEGRAFO, el viernes, mediante trabajos de la refuladora sanducera Renemar y un significativo repunte del río Uruguay a esta altura del curso, el buque pudo zafar de su posición, a la que había sido lanzado por una fuerte tormenta el 24 de enero, en un lugar complicado para navegar debido a que sobre el sector del canal existen peligrosas rocas y del otro un banco de arena de muy bajo calado.
Tras zafar de la encalladura, el buque ancló en un lugar muy cercano a donde estuvo parado, pero sobre aguas seguras, a la espera de que se cumplieran las normas de inspección del casco, teniendo en cuenta que se aplica este requisito cuando un buque sufre un trance como el que ha superado el Amambay. Al no encontrarse problemas en el casco y tampoco en la carga, consistente en 600 toneladas procedentes de Salto con destino de exportación a través del puerto de Nueva Palmira, la nave reemprendió el viaje hacia el citado puerto, continuando con el trasiego de granos desde el vecino departamento en el marco de la logística de varios productores de la zona, teniendo en cuenta que el transporte fluvial les resulta mucho más barato que seguir transportando la carga en camión.
La ruta de referencia, además de reducir costos, permite liberar parte de los camiones para atender las cosechas de maíz y arroz y evita acentuar el deterioro de las carreteras. Asimismo, los propietarios del buque, perteneciente a la empresa Gibamar S. A. aguardan que se habilite operar a una barcaza amarrada al buque que permite llevar la carga total a unas 2.500 toneladas y por lo tanto abaratando sensiblemente los costos para el operativo de transporte fluvial.