Opinion | 08 Mar El Día Internacional de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo desde hace 102 años, conmemora la lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. Ciertamente la situación de la mujer ha mejorado a través de los años, pero todavía queda un largo camino por recorrer.
En Uruguay aparece en primer lugar la violencia doméstica que mes tras mes provoca víctimas fatales entre las mujeres. El Código Penal no castiga con suficiente rigor a los culpables de estos crímenes, en tanto en la sociedad se mantiene el concepto de pertenencia (“la maté porque era mía”).
No obstante, también resulta de principal importancia mejorar la situación de las mujeres rurales para promover la erradicación de la pobreza y el hambre, en el desarrollo y en los retos actuales. Las mujeres rurales, que a nivel global suman casi 500 millones agricultoras y trabajadoras sin tierra, constituyen un 43% de la mano de obra agrícola.
Asimismo, las mujeres desempeñan la mayor parte de la labor no remunerada de cuidado de personas en las zonas rurales. En Uruguay las trabajadoras uruguayas se concentran en el sector servicios (85,7%), con una participación nominal en la industria (12,8%) y prácticamente ninguna en la agricultura (1,5%), datos que cobran significación si se considera que la agricultura y la industria aportan respectivamente el 9,1% y el 32,3% del PBI en Uruguay y que la agricultura por sí sola representa más del 60% de los ingresos por exportaciones del país. La desconexión de las mujeres de estos sectores hace que pierdan oportunidades económicas.
Por otra parte, en Uruguay, alrededor del 30% de las mujeres continúan ganando menos que los hombres a misma tarea y responsabilidad.
A nivel mundial, según el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud y UN Women, la población femenina mundial en 2011 era de 3.042 millones.
Las desigualdades son muchas y perjudican a cientos de millones de mujeres, desde la educación a los casamientos forzados.
Según la OMS, cada año mueren 358.000 mujeres por complicaciones prevenibles del embarazo y del parto. Y solamente en 2010, 60 millones de niñas fueron forzadas a casarse.
Es cierto que hay cuestiones culturales sólidas, pero los derechos de la mujer deben estar por encima. Hay mucho camino por recorrer. Hoy, en día internacional, y en todas las jornadas.