DESAPARECIERON 12 LOCALES

Policiales | 05 Mar Un total de 12 prostíbulos y whiskerías cerraron sus puertas en la última década en Paysandú como consecuencia de un notorio incremento del ejercicio del meretricio en la vía pública, principalmente en las calles céntricas, según información obtenida por EL TELEGRAFO de fuentes estrechamente vinculadas al tema.
Los establecimientos comerciales dedicados a los rubros de prostíbulo y whiskería que dejaron de funcionar en el citado período fueron “Lobas” en Luis Batlle Berres entre Ayacucho y Larrañaga, “Tiburón” en Batlle y Ordóñez y Carlos Gardel, “Brujas” en 25 de Mayo y Luis Batlle Berres, “Nueva York” en Charrúas y Setembrino Pereda, “El Dragón Rojo” --luego renombrado “Luna”-- en Charrúas y avenida Enrique Chaplin, “La Escuelita” en Colón entre Baltasar Brum y Luis Batlle Berres, “La Góndola” en Río Negro y Baltasar Brum, “Nueve Luces” en Luis Batlle Berres y Tacuarembó, “Tequila” en Ruta 3 al lado del monumento a José Batlle y Ordóñez, “Can Can” en Luis Batlle y Ordóñez y Don Bosco, “Las Rejas” en Libertad entre Florida y Uruguay, y “Mau Mau” en Horacio Meriggi casi 33 Orientales.
Más dinero
El motivo fundamental del cierre de los locales está estrechamente relacionado con el mayor rédito económico obtenido por las meretrices en la vía pública, en donde actualmente entre 30 y 40 mujeres, mayores y menores, ejercen la prostitución.
La mayoría utilizan sitios fijos --denominados “paradas”-- en la zona céntrica y distintos barrios de la ciudad.
Las “paradas” habitualmente usadas en la zona céntrica están ubicadas en las intersecciones de Florida con Luis Alberto de Herrera, 33 Orientales y Setembrino; y las esquinas de Uruguay con Zorrilla de San Martín y con Independencia. También en la zona céntrica, el meretricio es ejercido en bares ubicados por Florida y Sarandí, donde las prostitutas suelen ser presentadas como “clientas” o “amigas” de los propietarios de los comercios ante potenciales clientes. Asimismo, en 18 de Julio existe otra modalidad --denominada “giro”-- para el ejercicio de la actividad, que consiste en recorrer reiteradamente la vía pública en procura de localización de clientes.
Fuera de la zona céntrica, la prostitución se ejerce mediante el empleo únicamente de sitios fijos. La intersección de Bulevar Artigas y Andresito presenta la mayor concentración ya que la cantidad de mujeres, principalmente menores, que ejercen el meretricio en ese lugar oscila entre ocho y diez personas. Otros sitios utilizados como “paradas” son la Plaza de Deportes, plaza Colón y las intersecciones de avenida Soriano y Entre Ríos, avenida Soriano y Felipe Argentó y Bulevar Artigas y Park Way. 
El comienzo
Las menores que ingresan a la prostitución, cuyos edades oscilan entre 13 y 17 años, proceden de familias de contexto socio-económico adverso radicadas en la zona portuaria, barrio Río Uruguay, El Espejo, Tatuces Sur, Nueva York, y La Chapita. Cuando las menores ingresan al meretricio son captadas por individuos que se presentan ante ellas como “amigos” y les ofrecen acceso a clientes, sitios donde atenderlos y protección ante los peligros a los que se ven expuestas en horas nocturnas. Estas ofertas son efectivamente cumplidas por los proxenetas a cambio de una parte del producto del ejercicio del meretricio, a través de sumas de dinero que suelen aumentar a medida que se afianza el acuerdo entre las partes. La necesidad de financiar la compra de alcohol y estupefacientes aparece como el principal móvil de la prostitución de menores.
La fiscalización del ejercicio del meretricio está a cargo de la Dirección de Investigaciones de la Jefatura de Policía, pero actualmente se carece de un marco legal que permita combatir eficazmente la prostitución de menores ya que éstas reinciden constantemente si son retiradas por la Policía y entregadas a sus responsables, en caso de ser sorprendidas ejerciendo el meretricio.