Policiales | 08 Mar Una maniobra que permitió comercializar decenas de vacunos y equinos robados --llevada a cabo por un pequeño productor, el capataz de un establecimiento vecino y un comprador de caballos para frigorífico-- fue desbaratada luego de una vasta investigación de la Brigada Especial para la Prevención y Represión del Abigeato (Bepra) que permitió enviar a la cárcel a los responsables de la operación.
El productor A.M.R.C, de 33 años, encargado además de un establecimiento de Sauce del Queguay, sustraía vacunos de una estancia lindera --cuya falta no era denunciada por su capataz R.L.S.M., de 28-- y equinos de otro vecino. A los vacunos les cambiaba la caravana para venderlos como si fueran suyos, con la guía de propiedad correspondiente, mientras que a los equinos los vendía a D.L.B.F., de 44, comprador de caballos a frigorífico.
Las sospechas que dieron lugar al procedimiento surgieron cuando personal de la Bepra detectó en la documentación presentada ante Dicose por A.M.R.C. que el número de ventas de animales del pequeño productor superaba notoriamente a los que poseía en sus campos, al punto que, en caso de que sus declaraciones fueran genuinas, el hombre ya no debería tener más animales.
Nueva venta
La brigada comenzó a vigilar estrechamente a A.M.R.C. hasta que supo que había vendido 20 vacunos a un productor de la zona, por lo que el pasado lunes se controlaron los animales producto de esa venta y se descubrió que, aunque la caravana de trazabilidad pertenecía al vendedor, varios de esos vacunos conservaban aún la marca de establecimientos linderos. Inmediatamente, los efectivos allanaron el establecimiento a cargo de A.M.R.C. y hallaron solamente en su poder cinco vacunos con marcas de establecimientos linderos, pertenecientes a importantes productores de la zona, a los que se les había cortado la oreja o la caravana visual para desfigurar la señal.
Coincidentemente, se hallaron cinco caravanas sin uso, en sus respectivas cajas, registradas en el Sistema de Identificación y Registro Animal (SIRA) como pertenecientes a animales vivos con categorías y sexo idénticos a los vacunos ajenos localizados en el campo, donde además ubicaron cinco potrancas denunciadas como robadas.
Ya en poder de tales evidencias, los policías de la Bepra condujeron detenido a A.M.R.C., quien, luego de varias evasivas, reconoció finalmente que sustrajo en decenas de ocasiones vacunos a sus vecinos y les cambió las caravanas para poder venderlos como si fueran suyos, con la guía correspondiente, sin levantar sospechas. También admitió que trasladó yeguas desde un establecimiento lindero y las vendió ilegalmente a un comprador de caballos a frigorífico.
Capataz cómplice
Extrañamente, el robo de equinos y vacunos desde la estancia lindera no había sido nunca denunciado por el capataz R.S.L.M., por lo que también fue conducido detenido e interrogado, admitiendo que vendió --y cambió por yeguarizos-- a bajo precio a A.M.R.C. animales de su patrón.
Para completar el procedimiento, la brigada se trasladó hasta el predio en paraje Soto donde estaba el comprador de caballos a frigorífico, D.B.L.F., y donde se hallaron varias yeguas que pertenecían a los dueños del establecimiento que estaba a cargo de A.M.R.C.
La jueza penal Karen Ramos dispuso la conducción de los tres detenidos, la citación del productor que había comprado los 20 animales a A.M.R.C. y de los denunciantes. Cumplida la audiencia, la magistrada dispuso el procesamiento de los tres detenidos por reiterados delitos de abigeato.