Paysandú, Miércoles 20 de Marzo de 2013
Opinion | 15 Mar La reciente presencia en Paysandú del presidente del Directorio de OSE, Milton Machado, para reunirse con el intendente Bertil Bentos y avanzar en la firma de convenios para extender el saneamiento a cinco barrios sanduceros, es un paso en la buena dirección en el marco de un acercamiento de ambos organismos respecto a la participación conjunta en emprendimientos con este objetivo, tendientes sin dudas a mejorar la calidad de vida de miles de ciudadanos de áreas periféricas.
Tampoco puede obviarse que este proceso ha sido teñido de subjetividad política en su tratamiento en el ámbito local, desde que mientras el Frente Amplio intentó demostrar que la Administración Bentos ha estado omisa en el aporte para la solución de esta problemática a barrios sanduceros, el oficialismo departamental ha transitado por el camino de considerar que hay responsabilidades claramente establecidas respecto a quién tiene las competencia en el tema del saneamiento y cuáles son las posibilidades y responsabilidades municipales en la materia.
Y más allá de acusaciones, respuestas y contraacusaciones, es pertinente poner en su real dimensión cuál es el eje de la cuestión, por encima del partido que esté en el gobierno nacional y el departamental, porque se trata de respuestas que necesita la población, cuando hay muchos vecinos que por falta de conexión a la red de saneamiento sufren las consecuencias de desbordes de pozos negros ante lluvias de intensidad, lo que afecta la higiene y la calidad de vida de amplias zonas del ejido sanducero fundamentalmente.
Inequívocamente, el saneamiento es responsabilidad de OSE, excepto en Montevideo, que está a cargo de la Intendencia Departamental. Como todo ciudadano sabe, es el ente el que tiene a su cargo la construcción, gestión y cobro del alcantarillado que proporciona, lo que precisamente no hace en las zonas a las que no llega la red cloacal, que es sustituida por los denominados pozos negros hacia los que se derivan las aguas negras de cada hogar o conjunto de viviendas, los que requieren dentro de determinada frecuencia el desagote a través de las barométricas.
Es decir que los proyectos correspondientes de extensión de la red, como se viene haciendo por el organismo en Paysandú, a un costo estimado de 17 millones de dólares, a lo que se agregará en un futuro --que esperamos cercano-- la planta de tratamiento de aguas negras, deben ser costeados por el ente, en base a disponibilidad de recursos y prioridades.
Este punto fue puesto bien en claro en Paysandú por el presidente del organismo, Milton Machado, quien señaló que sin lugar a ninguna duda el saneamiento es responsabilidad de OSE, y por lo tanto, como está ocurriendo en Paysandú, la extensión de la red a una serie de barrios del ejido que necesitan el servicio debe estar a cargo del organismo. Aunque las cosas serían más fáciles y sobre todo podrían hacerse antes, si otras partes intervienen en apoyo a OSE –para lo que no tienen obligación, naturalmente--, como es el caso de los vecinos beneficiarios y la propia Intendencia Departamental.
Quiere decir que el involucramiento de vecinos y comunas, tanto el de Paysandú como el de cualquier otro departamento, se hace en base a la disposición y disponibilidad de recursos de cada municipio, como es también el caso de los vecinos naturalmente, que en realidad le están dando una mano al organismo para que haga lo antes posible lo que tiene que hacer por su cuenta. Esto es así por más vueltas que se le dé, por mayor subjetividad y costos políticos que se quieran transferir, y a la vez deben agregarse otros elementos no menores a la problemática, como la necesidad del desagote periódico de pozos negros a los barrios a los que no ha llegado el saneamiento de OSE, por falta de medios del ente.
Para reparar lo que el organismo responsable no ha podido hacer todavía, las intendencias han incorporado barométricas por las que hacen esta tarea de desagote, la mayoría de las veces sin cobrarlo a los vecinos, por tratarse de familias de escasos recursos, por lo que el costo es asumido íntegramente por las intendencias.
Por lo tanto, un costo que debería ser de cargo a OSE por no haber cumplido con su cometido de proporcionar saneamiento lo asumen las intendencias departamentales con cargo a los contribuyentes. Es decir que si OSE cumpliera con su cometido de llevar el saneamiento a todo habitante de ciudad o interior departamental, no habría necesidad de barométricas, lo que plantea el tema en sus reales términos e indica que el organismo debería por lo menos intervenir más decididamente en suplir mediante sus propias barométricas la insuficiencia de la red cloacal, o por lo menos aportar significativamente lo que refiere a la compra y mantenimiento de unidades barométricas para que éstas hagan lo que el organismo deja de hacer.
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