Rurales | 22 Mar El Campo de recría de Tierras Coloradas (Caltieco), ubicado en el kilómetro 117 de ruta 26, concretó el tradicional recambio de animales, saliendo las vaquillonas preñadas a parir entre abril y mayo y entrando las terneras y vaquillonas, que en el caso de estas últimas, serán inseminadas en el próximo invierno.
“Este recambio se da con una buena aceptación de parte de los productores, porque además de todos los ajustes que se han realizado a través del tiempo, tuvimos la ayuda del tiempo en la primavera-verano, que permitió entregar el ganado con buen estado”, manifestó a EL TELEGRAFO, el doctor Carlos Pepe. El responsable del emprendimiento que nuclea a vientres de productores remitentes a diferentes empresas lácteas instaladas en la región, indicó que “comenzó en estos días nuevamente el año, reclasificándose los lotes y brindándoles más comida para preparar la inseminación de invierno con la mayor cantidad de animales posibles”.
“Además, se mantienen los lotes de terneras chicas y chiquitas que requieren nuestra atención en el plano de la alimentación y sobre todo en la época invernal que se nos viene”, dijo el profesional.
Explicó que la parte de infraestructura en el campo “se ha mejorado desde que comenzamos nuestra tarea hace 16 años”, agregando que los cambios en el establecimiento “han sido notorios desde que fue entregado por el Instituto Nacional de Colonización en el año 1996”.
Por ejemplo, citó el caso del tajamar principal --hay otros construidos antes y después del más grande que tiene el predio--, que “nos brindó la solución para un potrero de 900 hectáreas que hoy está repartido en 8 potreros”.
Sostuvo que todavía no se entró en la etapa de pasturas mejoradas. “Lo que hacemos es brindar bastante más ración y fardos, con un manejo del campo natural que realiza un ingeniero agrónomo, más la participación de técnicos de instituciones como el Plan Agropecuario que nos han dado una mano”. “Vamos tendiendo a intensificar en un futuro”, sostiene Pepe, “dependiendo de las condiciones de suelo, que es lo más discutible en el basalto para este tipo de pasturas”.
Se debe tener en cuenta también el precio de la leche, “porque cuando esta vale la gente se estimula y participa y cuando baja hay falta de estímulo, por lo que hay que tener un equilibrio entre la oferta y demanda de animales”. Explicó que “Ya salieron animales y la gente espera un poco más para reponer”.
En un principio el campo había sido ideado para que lo usufructuaran productores remitentes a PILI y Conaprole, asociados a la Asociación de Productores de Leche de Paysandú (APLP) y la Asociación de Productores de Leche de Parada Esperanza (Aplpe), “pero desde hace algún tiempo que tenemos ganado de productores del departamento de Salto y Río Negro”.
Pepe manifestó que hay un hecho importante para este cambio. “Es que desde hace unos años tenemos una baja de productores chicos que han cerrado”, citando el caso de “dos productores que cerraron el 28 de febrero y uno que nos avisó que a fin de año deja de ordeñar en su tambo”.
Agregó que “si bien estamos potenciando el emprendimiento, no podemos descuidar a ese productor familiar y muy chico, que por edad de su principales o falta de recambio generacional, generan factores muy importantes para la producción lechera”.