Opinion | 23 Mar El reciente fallecimiento de una mujer en el Hospital de Paso de los Toros, que aparece como una grave omisión asistencial por falta de anestesistas y de decisiones que debieron adoptarse en su momento para suplirla mediante el traslado de la paciente unos sesenta kilómetros hasta Durazno, pone de relieve, por si hacía falta, que subsisten serias deficiencias que no han sido ni por asomo corregidas a partir de la reforma de la salud.
La ministra de Salud Pública, Susana Muñiz, dijo que la muerte de la mujer “es una alerta”, por lo que se pidió “información a la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE)” y se inició una investigación administrativa. La jerarca dijo a los medios de comunicación que “a todos nos tiene que doler muchísimo lo que pasó con una mujer joven con hijos” que falleció tras sufrir un desprendimiento de placenta durante el parto, sin que hubiese en ese momento un cirujano o anestesista para atenderla.
Se supo que la Justicia investigará esta muerte, luego que la fiscal de Durazno con jurisdicción en Paso de los Toros, Brenda Puppo, decidió actuar de oficio.
En tanto, el Movimiento Nacional de Usuarios de la Salud Pública y Privada denunció públicamente “imprevisión” de las autoridades del Hospital de Paso de los Toros y la gerente de ASSE, Alicia Ferreira, dijo a El Observador que el personal médico hizo “todo lo que estuvo a su alcance”. No obstante, el organismo intentará determinar “por qué no se trasladó” a la fallecida a Durazno, como establece el protocolo.
Lamentablemente, no estamos ante una situación nueva, que sorprenda, salvo en lo que refiere al desenlace fatal. Es decir que los problemas de atención se disimulan porque no trascienden, hasta que en uno de los casos se registra una tragedia así y la situación estalla ante la opinión pública. Consecuentemente hace que las autoridades responsables anuncien que tomarán cartas en el asunto y eventualmente adoptar los correctivos del caso.
Por cierto, las circunstancias en que tuvo lugar este dramático hecho indican que el déficit de disponibilidad en especialistas es mucho mayor en el Interior que en Montevideo, donde se concentra el 75 por ciento de los facultativos. Algo que los ciudadanos del Interior ya sabemos y hemos reclamado desde siempre, pero que Montevideo parece recién darse cuenta.