Paysandú, Viernes 29 de Marzo de 2013
Rurales | 22 Mar Un relevamiento florístico de todos los potreros de campo natural, que pretende saber cómo funciona la vegetación de los campos de la colonia Juan Gutiérrez, en el centro del departamento de Paysandú, lleva adelante el ingeniero agrónomo Marcelo Pereira, técnico del Instituto Plan Agropecuario (IPA), siendo único a nivel del país.
La colonia Juan Gutiérrez, con 8.300 hectáreas y 27 productores, se ubica entre el Queguay Chico y Queguay Grande. Allí se está llevando a cabo el proyecto “Integrando conocimientos”, que como filosofía parte de la base que “los productores tienen un conocimiento valioso que es necesario rescatar, valorizar y difundir, un cambio interesante con la visión antigua de que los técnicos sabían y los productores, no”, manifestó a EL TELEGRAFO el ingeniero Pereira.
Hoy el Plan Agropecuario “piensa que los productores tienen un conocimiento valioso y saben tanto o más que nosotros, y en donde la idea no es enseñar, sino compartir conocimientos”. En tal sentido, el técnico sanducero sostuvo que “con la ayuda de los productores se ha ajustado un modelo que pretende explicar en términos objetivos o tratar de saber cómo funciona la vegetación”.
“A pesar de que la colonia tiene una fuerte historia agrícola desde el año 1939 y ha perdido en promedio en toda la colonia de cinco a quince centímetros de suelo, muchos de los campos con un correcto manejo --manejando una media a alta relación lanar-vacuno, que significa mayor a uno-- y cargas ajustadas, puede llegar a estados deseables, campos naturales que tienen a partir de los diez años que fueron arados, dependiendo si existen o no sequía, y que presentan un buen tapiz y con muy buena productividad”, explicó.
En contra de lo que se pensaba anteriormente, que esos campos estaban degradados, Pereira opina que “hay muchos campos que se pueden recuperar, lo que explica este modelo: cuál es la ruta o el camino a seguir, para que esos campos se recuperen”. Para eso Pereira formó algunos semilleros de Poa Lanigera y de Coelorhachis selloana (cola de lagarto) y también algo de Bromus, con la idea de utilizar esa semilla para la recuperación de campos degradados.
Luego de un relevamiento botánico, caracterizó la dinámica de la vegetación y efectuó un modelo que se llama de estados y transiciones, para conocer cómo funcionan los campos después de arados: si se recuperan, cuánto demoran y si hay algunos que por alguna razón no lo hacen. Una vez caracterizada esa dinámica --el modelo de estados y transiciones--, una de las maneras de acelerar ese proceso de recuperación es la introducción de especies nativas interesantes, “por eso estoy trabajando en esos semilleros para poder cosechar semilla y sembrarla en esos campos que queremos recuperar”, dijo.
Historia y Anécdota
En la zona de colonia Juan Gutiérrez hay algunos campos de una historia agrícola muy intensa y fuerte, “dejando una herencia en cosas vivas y no vivas, como ser una vegetación ordinaria, además de existir suelos de aradas con pérdidas de materia orgánica y pérdida de estructura, que determinan que esos campos sean difíciles de recuperar”.
Acotó que estos campos “no cubren una gran proporción del área de la colonia, por lo que existe un camino que marca que con medidas de manejo, los campos se pueden recuperar”. Si bien este modelo se ha usado mucho en el mundo, en Uruguay no existen antecedentes de trabajos como este para una vegetación. Por otra parte, el responsable en nuestro país de la Mesa del Campo Natural recordó una anécdota que deja muy en claro la importancia de integrar los conocimientos. El modelo se lo mostró a los productores bajo dos formas. “Uno fue en un esquema a través de un papel y no logré transmitir lo que yo quería. Pero cuando se los exhibí en forma gráfica, sacando panes de vegetación de cada uno de los estados que yo había identificado, ahí todo cambió”, relató.
Cuando la gente vio eso, “inmediatamente reconoció y aprobó el modelo, incluso agregando cosas que yo no me había dado cuenta y que no había logrado que se entendiera. Esto sucedió con un estado de referencia: un campo en excelente condición (buen pasto y productividad), cuando se le saca la oveja aparecen inmediatamente las chilcas”, indicó. “Los productores agregaron este estado, y también algo muy parecido en el estado de campos ordinarios (muy arado, con problemas y escasa capacidad de recuperación), si las ovejas se sacan de esos campos, aparece inmediatamente la vegetación arbustiva (chilcas)”, dijo Pereira. Agregó que “esas cosas con el diario del lunes parecen muy sencillas, pero recorriendo 174 potreros de la zona no había percibido eso”.
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