Opinion | 30 Mar El período de crecimiento registrado en la economía uruguaya en los últimos años ha tenido también como característica un aumento de la cantidad de micro, pequeñas y medianas empresas, sobre todo en el sector de servicios, a la vez de verificarse en el período una mejora en el porcentaje de emprendimientos que trabajan en la formalidad. En todo el país están en actividad unas 140.000 empresas de tipo micro, pequeño y mediano, lo que representa un incremento del 14 por ciento frente a las 120.000 que habían sido relevadas en 2008.
Esta fuerza vital de la economía, sin embargo, adolece de falta de instrumentos consistentes para potenciarse, uno de los cuales son las dificultades en los accesos al crédito y capacitación, así como incorporación tecnológica, entre otras herramientas que dependen naturalmente del desenvolvimiento de cada sector.
En este contexto, más allá de las medidas generales y sectoriales que está terminando de ajustar el gabinete productivo del presidente José Mujica para paliar los problemas de competitividad que afectan a la industria uruguaya y en general a las empresas, el Ministerio de Industria, Energía y Minería apunta a intensificar este año el apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), para que puedan mejorar sus niveles de competitividad.
Para ello publicará un decreto que flexibilizará los requisitos para que las empresas locales puedan participar en forma más activa en las licitaciones a que convoca el Estado, según indica El Observador.
Fundamentalmente la idea es promover el subsidio en tasas de interés para la adquisición de tecnologías, sobre lo que el titular de la Dirección Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa (Dinapymes), Pablo Villar, reconoció que hasta el momento la utilización de esta herramienta es muy baja, aunque se está en plena etapa de difusión para que las gremiales y asociaciones de empresas conozcan los beneficios impositivos que puedan obtener. Desde fines del año pasado entró a regir este decreto --en el marco de los 14 decretos que anunció el gobierno para mejorar los niveles de productividad de la industria en 2023-- y lo han mejorado respecto a su versión original, al extenderse por ejemplo a cinco años el plazo de repago de los créditos, que era considerado como uno de los problemas mencionados por los micro y pequeños empresarios para disponer de este instrumento.
La norma habilita al Poder Ejecutivo a exonerar del 100 por ciento de la tasa de interés real de los préstamos de acuerdo al tamaño de la firma y es así que para las microempresas que solicitan créditos por hasta un millón de pesos, los ministerios de Economía y de Industria subsidian el 100 por ciento de la tasa de interés real, es decir descontando la inflación.
Para agilizar la operativa de este instrumento la Dinapymes firmó convenios con el Banco de la República y el Bandes, en tanto Presidencia tiene prácticamente listo el decreto a efectos de adecuar el régimen de compras públicas para las empresas uruguayas, por una normativa que pretende flexibilizar la doble exigencia de que los productos tengan un saldo de partida arancelaria en el caso de utilizar insumos importados y un agregado de valor nacional mínimo del 35 por ciento.
Debe tenerse en cuenta que la amplia mayoría de las Pymes, el 84 por ciento corresponde a empresas micro, es decir que ocupan a cuatro personas como máximo y sus ventas anuales no superan los 249.000 dólares, excluyendo el Impuesto al Valor Agregado (IVA), en tanto otro 13 por ciento nuclea hasta 19 personas y facturan no más de 1,3 millones de dólares al año. El 3 por ciento restante involucra a empresas medianas, con 99 trabajadores como máximo y ventas por 9,3 millones de dólares al año. De este universo de empresas pequeñas, la gran mayoría corresponde a comercios y servicios, en tanto solo un mínimo responde a la categoría de industrias, con el común denominador de que la mayoría de las Mipymes se localizan en Montevideo, donde predominan las empresas de servicios, en tanto en el Interior la distribución por sectores es más pareja.
Este sector de actividad del país se caracteriza por nuclear la mayor parte de la mano de obra de las empresas que están trabajando en Uruguay, por vender sus bienes y servicios prácticamente en un cien por ciento en el mercado interno y por ser donde existe mayor informalismo. Este aspecto ha mejorado en los últimos años, aunque naturalmente la consolidación de la tendencia todavía depende de los condicionamientos del escenario socioeconómico más que la voluntad de quienes se encuentran en esta situación.
Es de esperar que los instrumentos anunciados por el Poder Ejecutivo cuenten con receptividad en el sector de las micro y pequeñas empresas, que puedan compatibilizar así sus necesidades con sus posibilidades de inversión con retorno en mayor y mejor actividad, de forma de contar con mayor rentabilidad, empleo y posibilidades de competir.