Opinion | 31 Mar Como informáramos recientemente, la Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez ha planteado la necesidad de proyectar esta infraestructura en proceso de recuperación edilicia como un gran centro cultural para la región.
Los presidentes de la comisión directiva de dicha organización, arquitecto Walter Belvisi y José Rivero Horta, calificaron este planteo como “una idea” que ha sido presentada al intendente Bertil Bentos.
Establecieron que “como Comisión estamos acompañando la etapa actual de recuperación del teatro y lo que vendrá en cuanto a acondicionamientos a través de instalaciones eléctricas, sanitarias, lumínicas y de audio. Trabajamos de común acuerdo con la Intendencia, que es quien tiene la responsabilidad institucional de llevar adelante esas obras con sus técnicos”.
Señalaron que es necesario mirar más a largo plazo y “crear un diferencial significativo que convierta al Teatro Florencio Sánchez en un centro cultural con proyección regional. Queremos tomar el Florencio como joya arquitectónica, histórica y cultural y hacer algo mayor pensando en los próximos 30, 40 o 50 años”.
Sin lugar a dudas la iniciativa aparece como de extremo interés para la ciudad y su concreción significaría un valiosísimo aporte para una urbe que pretende ofrecer --tanto a sus habitantes como visitantes-- mayores y mejores servicios en un entorno cada vez más amigable con el ser humano y más gratificante estéticamente.
De acuerdo a lo afirmado por Belvisi y Rivero, se necesitará construir instalaciones auxiliares, “salas que todo teatro necesita, extendiendo la infraestructura hacia propiedades anexas, lo que también permitiría construir una moderna caja de escenario y resolver el problema de la carencia de salida de emergencia”, dijeron.
Concretamente, plantearon la idea de convocar a un concurso nacional “para recoger la mayor inteligencia de los arquitectos nacionales” y combinar la arquitectura de un teatro del siglo XIX con arquitectura ultravanguardista, que utilice, por ejemplo, el cristal y acero, de lo cual “hay buenos ejemplos en el mundo”.
Otro elemento importante de esta proyección futura, pero respecto a lo cual hay que tomar decisiones más inmediatas, es adecuar la proyectada peatonal de calle 19 de Abril a las características del teatro y la propuesta de convertirlo en un centro cultural de relevancia nacional y regional.
“No debería ser una copia de la peatonal de 18 de Julio sino estar en función del teatro y realzándolo”, dijo Belvisi, quien planteó que si no es solo peatonal se trate al menos de “una sola vía de circulación lenta, a paso de hombre”.
“Me imagino que hay que hacer algo de la ‘belle époque’, que armonice con el espíritu del siglo XIX y que sirva como escalón para elevar al propio teatro. Si se diseña un espacio urbano en función del teatro, teniendo en cuenta desde el pavimento a la cartelería de los comercios y se lo dota de un equipamiento urbano acorde, creemos que podría ser un espacio hermoso para disfrutarlo, algo con una identidad propia y exclusiva”, dijo Rivero Horta.
Las posibilidades son realmente muchas, se ha planteado la idea de que se recuerden en el lugar las principales figuras artísticas que desde 1876 a la fecha han desfilado por el escenario del Teatro Florencio Sánchez o que sea ese lugar depositario de los muchos valiosos murales existentes en edificios locales que actualmente permanecen “escondidos” y deberían ser rescatados para que todos podamos apreciarlos.
El planteo hace que la imaginación se dispare, ya que seguramente todos visualizaremos formas y efectos en maravillosas combinaciones. Pero dejemos que sean los creativos quienes plasmen sus mejores ideas en proyectos que compitan según lo que sugieren los Amigos del Teatro Florencio Sánchez.
Seguramente la combinación de distintos elementos, la creatividad y el trabajo podrán crear un atrapante lugar donde el arte, el comercio y el turismo se complementen en una fusión que puede llegar a transformarse en un llamativo icono de la capital sanducera.
Hoy, lo importante es que el proyecto se formalice y la idea se ponga en marcha. Se necesitará tiempo, trabajo y dinero, pero el resultado será, sin lugar a dudas, un enorme aporte para la ciudad de Paysandú y, como consecuencia, para todos sus habitantes.