Opinion | 31 Mar La atención a la salud en el pequeño Uruguay debería ser al menos correcta, aunque no sería mucho aspirar que fuera impecable. Sin embargo, dista bastante de ser siquiera aceptable en términos más generales.
Desde la atención en muchas de las policlínicas, donde por ejemplo los pacientes son citados a las 8 y el médico llega a las 9.30, hasta la expedición de medicamentos en la cual --amén de la cola-- generalmente no está el recetado pero hay “similares”, y ni hablar de solicitar hora para un especialista: pueden pasar semanas antes que haya fecha. Y eso pasa tanto en la salud pública como la privada.
No puede pensarse que la responsabilidad sea del médico, sino que no hay suficientes para la población. La Universidad de la República (Udelar) recibe los fondos del Estado para destinar a la formación de profesionales que atiendan las necesidades de los ciudadanos. Sin embargo en la Facultad de Medicina se limitó el número de profesionales que saldrían. Fue una regulación de la oferta (de médicos) para que la demanda cubierta fuera la imprescindible.
Y eso lo dijo el presidente del Sindicato Médico del Uruguay, Martín Revella, a UYPress: “Cuando ingresé a la Facultad había un impulso muy fuerte de regular el número de médicos porque había un exceso frente a la demanda del momento. Hoy tenemos, por lo menos en varias especialidades, escasez relativa”.
Continuó diciendo que “por ejemplo, la reforma (del sistema de salud) puso sobre la mesa que hay una escasez relativa de pediatras. Y en Uruguay no hay más niños que hace unos años. Lo que pasaba previamente a la reforma es que había niños que no accedían al pediatra. Entonces, no estoy en condiciones de decir si el número de médicos es suficiente o insuficiente”. Cabe preguntarse si la Facultad de Medicina o toda la Udelar no sabía cuántos niños había en Uruguay que podrían demandar atención médica. O cuántos adultos mayores que necesitarían un especialista, o cuántas mujeres precisarían un ginecólogo. Desde que cuando se pide hora en Comepa o en el hospital o en la mayoría de las instituciones médicas públicas o privadas del país --y esto no es de hace poco tiempo-- el paciente debe esperar semanas, quiere decir que no hay médicos suficientes para atender la demanda de los pacientes.
Aparentemente, desde la Facultad de Medicina se está intentando adecuar la cantidad de egresados con las necesidades de la población. Sin embargo, habrá más de una generación de uruguayos que no sabrá lo que es una atención adecuada y en plazo.