Paysandú, Jueves 04 de Abril de 2013
Locales | 04 Abr Un mes después del temporal que azotó a una parte de Santa Kilda, departamento de Paysandú, y que generó graves problemas en la estructura de galpones y el predio de la familia Henderson, los inconvenientes no han tenido solución, a tal punto que denuncian a la regional Salto por no autorizar el corte de los árboles que impiden arreglar corrales, y se encuentran por encima de los caños para riego de la avena.
“Estamos en una situación complicada”, sintetiza en diálogo con EL TELEGRAFO, Diego Henderson. “Recién estamos terminando de juntarnos con el presupuesto de arreglo de los galpones, techos y otras cosas que nos destrozó el viento de la madrugada del sábado 2 de marzo, y especialmente complicada porque estamos peleando con las autorizaciones para poder hacer la limpieza y pedir para usar la pradera, para reparar los bretes de ganado, que están literalmente desechos”.
Al titular de la Asociación de Colonos del Uruguay (ACU), le tocó vivir en carne propia la magnitud de los destrozos del temporal, pero sin ver directamente lo sucedido, ya que en ese fin de semana participaba con su familia de la Exposición Agropecuaria de Durazno. Recién dos días después de la tormenta llegaron al predio para ver lo acontecido.
“Los dos presupuestos de arreglo de los dos galpones rondan los 240.000 pesos uruguayos, que incluye las chapas que faltan y las maderas para los cambios de la estructura. Pero de todos lados aparecen inconvenientes, por lo que bien podría decir que los daños oscilan los 400.000 pesos, alrededor de 20.000 dólares”, dijo.
“También hay bastante daño que aún hoy, a poco más de un mes, es difícil de evaluar”, explica. La evaluación ha sido realizada junto al ingeniero agrónomo Enrique Regazzoni, técnico de la regional, “porque para donde se mire hay roturas”.
denuncia
Henderson sostiene que “durante mucho tiempo hemos venido denunciando el mal accionar de la regional Salto del INC --de la que administrativamente dependemos-- y ahora de nuevo nos vuelven a pegar”.
El dirigente y productor envió una carta solicitando el corte de la madera, “porque se cayeron varios árboles de un monte de eucalipto, y los colonos sin autorización no podemos tocarlo”, explica, acotando que es un monte de eucalipto “no muy grande, pero prácticamente cayó el 90 por ciento”. Envió una solicitud escrita, pidiendo el uso del bosque. “Rápidamente nos contestaron afirmativamente en forma verbal, lo que nos llamó poderosamente la atención porque a las dos horas nos llamaron para decirnos que sí, que no había problema y podíamos cortar”.
“Nosotros sospechamos de eso, y no quisimos tocar ningún árbol, hasta no tener una notificación escrita. El lunes de esta semana nos comunicamos con la regional Salto solicitando la autorización escrita y nos dicen que no”, enfatizó molesto el productor. Este miércoles Henderson elevó una carta al directorio del INC, denunciando la situación, “porque entendemos que se nos tendió una emboscada, porque hablando en criollo, nos quisieron hacer entrar en corral de rama. Porque en forma verbal nos dicen que sí, pero después de hacerlo, nos hacen una inspección y te denuncian por corte indebido”.
La denuncia que eleva al INC establece también que “hay funcionarios públicos que se están valiendo del cargo para hacer daño a los colonos”. Acotó que hay un artículo, “el 101, que dice que los colonos que causen perturbaciones en la colonia tendrían que ser expulsados, pero también tendría que haber una ley que proteja a los colonos --dice Henderson-- porque si bien hay un mal funcionario que nos está perjudicando directamente, debe existir un mecanismo que le llame la atención”.
“No podemos usar la manga de ganado porque está desecha”, reitera. “No podemos regar --ya que el predio posee caños de riego y un pozo de muy buen caudal-- porque los caños están aplastados por los árboles. Tenemos una avena que hace 10 días está nacida para la que necesitamos imperiosamente el riego, pero no podemos usar los caños”, dijo. “Tampoco podemos arreglar los alambrados porque no podemos tocar la madera”.
Al mencionar la injusticia que está viviendo, recordó que cuando sucedió el temporal, “varias personas vinieron rápidamente a ver de qué manera podían ayudar. Me indicaron que esto había entrado en el plan de emergencia nacional, reconociendo el daño, pero en la práctica, a excepción del ingeniero Regazzoni que nos ha dado una gran mano para armar los pedidos y evaluar los daños, el resto, lejos de dar una mano, nos han puesto piedras en el camino”.
Explicó que su situación personal le ha impedido atender la inquietud de otros productores, pero reconoce no estar al tanto si el daño fue importante en otros emprendimientos de la zona.
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