Paysandú, Domingo 07 de Abril de 2013
Rurales | 02 Abr Un grupo de empresarios neozelandeses invirtió hace diez años U$S 50 millones en Bahía, Brasil, y sus previsiones no resultaron equivocadas. El producto Leitíssimo en poco tiempo se acreditó buena fama como leche integral en el mercado de Bahía primero y Brasilia más adelante. Con un aporte adicional de U$S 5 millones más, en poco tiempo comenzará la producción de leche descremada y crema de leche.
¿Qué motiva a un grupo de neozelandeses a invertir U$S 50 millones en Bahía? Agua, sol y pasto abundante. Así hace la presentación de la noticia el sitio Pecuaria.com.br en base a un informe difundido por la publicación Valor Económico. Por el mismo motivo --falta de posibilidades de expansión en Oceanía-- que un grupo económico del mismo origen causó tanto impacto en Uruguay en su época, Simon Wallace llegó hace más de una década a Brasil, que además de las condiciones naturales, tiene el gran atractivo de un gigante mercado doméstico insatisfecho. La radicación de los neozelandeses con el propósito de producir leche al oeste del estado de Bahía --una región dedicada tradicionalmente al cultivo de algodón, maíz y soja--, se constituyó en un hecho sorprendente. Pero más impactante resultó la noticia de que lograron producir más leche por hectárea que en Estados Unidos y tres veces más que en Nueva Zelanda. “Nuestros amigos no nos creen cuando les contamos que tenemos diez vacas por hectárea, porque allá tenemos tres”, relató Wallace.
Los inversores también se asombraron con el pool genético que denominaron kiwicross, en base a cruzamiento de un bovino europeo de buena condición lechera, pero lo suficientemente rústico para soportar el calor de Bahía. Antes de elegir el lugar para producir leche, Simon Wallace, asociado con el también neozelandés Craig Bell, con casi dos décadas de experiencia en Fonterra, recorrió varios estados y unos 100 establecimientos, decidiéndose finalmente por Bahía. El microclima de la región y la abundancia de agua fueron factores determinantes para la elección. Durante diez años, en forma silenciosa, produjeron el rodeo lechero necesario para el emprendimiento industrial, lo cual generó la curiosidad de los productores vecinos y de la prensa regional.
Recién en 2011 se hizo el anuncio formal del emprendimiento, cuyo éxito se explica por el sistema neozelandés, que no es otra cosa que el manejo forrajero, genética, las relaciones humanas y “los ojos de los dueños siempre cerca”. La primera norma es vivir en el establecimiento, como manda la tradición neozelandesa. “En Brasil ustedes viven en las ciudades y dejan la producción a cargo de un capataz”, afirmó Wallace (válido también para muchos casos en Uruguay). Ellos permanecen 240 días al año en el establecimiento, saliendo apenas para realizar las compras necesarias y para las cuatro reuniones anuales del consejo de administración del establecimiento en Nueva Zelanda. Así han logrado que sus vacas Kiwi produzcan un promedio de 14.000 litros anuales contra la media de 6.000 litros que se obtienen en el resto del país. Un empresario brasileño se incorporó al grupo en los últimos años, cuando el producto Leitíssimo comenzó a trascender fronteras en la región, el cual tiene bajo su responsabilidad la comercialización a las grandes superficies. En carácter de inversores capitalistas, integran el grupo unos pocos amigos de los socios fundadores, brasileños y neozelandeses.
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