Opinion | 07 Abr Como se sabe, Antel, Administración Nacional de Telecomunicaciones, anunció un plan para reconstruir el Cilindro Municipal de Montevideo con una inversión del orden de los 40 millones de dólares.
El anuncio fue hecho en la Torre de las Telecomunicaciones por la presidenta del ente, Carolina Cosse, junto con la intendenta Ana Olivera, el ministro de Industria, Roberto Kreimerman, la ministra de Turismo y Deportes, Lilian Kechichián, el presidente del Codicen, Wilson Netto, el presidente de la Cámara de la Construcción, Ignacio Otegui, y un representante del Pit.Cnt. También estaban presentes los ministros de Interior y Defensa, Eduardo Bonomi y Eleuterio Fernández Huidobro, legisladores y representantes del mundo artístico y deportivo.
Según se informó, el “Antel Arena” --así se llamará-- será un complejo concebido como estadio multifuncional con alta tecnología en construcción y equipamientos, que funcione permanentemente y sea capaz de adaptarse a recitales y espectáculos deportivos, además de prestar servicios de apoyo a escuelas y otras instituciones.
Se establecerá que la concesión de la Intendencia de Montevideo a Antel será por 30 años y el convenio será enviado a la Junta Departamental de Montevideo para su aprobación. Tanto la construcción como la gestión estarán a cargo de Antel o las empresas privadas que el ente estatal disponga.
La presidenta de Antel, Carolina Cosse, dijo en el lanzamiento que el futuro complejo será “la concreción en el territorio de una porción del ciberespacio”, donde van a interactuar las tecnologías con los deportes y los espectáculos. “Es una conjunción de necesidades y una oportunidad para Antel de aportar al país”, que “se hará con recursos públicos que vuelven al público”, indicando que se convocará a diseñadores para hacer el proyecto y que pretende “que los aspectos de seguridad se incorporen al diseño, con elementos que no se rompan” y “adaptados al vandalismo”.
La intendenta, según informa “El País”, aseguró que la obra no borrará la memoria colectiva y características históricas del lugar. “Las personas que estuvieron presas en el Cilindro (en dictadura) estarán presentes en el proyecto que se enviará a la Junta Departamental”, anotó.
El proyecto también contemplará un elemento testimonial que recuerde al proyectista original, Leonel Viera.
Según el convenio firmado entre el ente de las comunicaciones y la Intendencia capitalina, Antel “aspira a reforzar su liderazgo en servicios que se encuentran de hecho o de derecho en competencia, mediante el beneficio que reportará la asociación de su imagen y marca a los principales eventos deportivos, artísticos y culturales que interesan a los uruguayos y la implantación de sistemas de alta tecnología en un escenario multifuncional, comprometido con el desarrollo tecnológico y la prestación de servicios a la sociedad civil, el deporte y las empresas”.
A su vez se aclara que la empresa estatal podrá contratar con terceros, públicos o privados, la gestión del complejo multifuncional.
El análisis a primera vista de lo informado lleva a preguntarse si Antel dispone de todo ese capital sobrante por qué no se reducen las tarifas de los servicios que presta, lo que redundaría en un beneficio directo y equitativo para todos los clientes de la empresa que, puede decirse con seguridad, somos todos los habitantes de este país. Pero, como bien sabemos, el verbo rebajar es de muy difícil conjugación para los organismos del estado.
Entonces, tras la justificación de la inversión presentada por el ente damos por descontado --eludiendo el tufillo centralista que el proyecto emana--, que tras el “Arena” vendrán realizaciones similares en todo el Interior.
Mediante una simple operación matemática podríamos suponer que si para los 1.319.108 habitantes de Montevideo se destinan cuarenta millones de dólares, para los 113.124 de Paysandú el aporte debería ser de alrededor de tres millones cuatrocientos mil dólares.
Y, ¡vaya la buena noticia!, ese dinero sería más que suficiente para completar la restauración del Teatro Florencio Sánchez, realizar todos las obras de adecuación que necesita y dotarlo de la última tecnología escénica y de comunicaciones. De esta manera Cosse lograría cumplir con los objetivos trazados para la empresa que preside: “el beneficio que reportará la asociación de su imagen y marca a los principales eventos deportivos, artísticos y culturales que interesan a los uruguayos y la implantación de sistemas de alta tecnología en un escenario multifuncional, comprometido con el desarrollo tecnológico y la prestación de servicios a la sociedad civil, el deporte y las empresas”. La concreción del acuerdo para la realización del proyecto sería de muy sencillo trámite en la medida que, creemos, el Gobierno Departamental (Intendencia y Junta) no deberían tener problemas para ceder en comodato por 30 años, como acontece con el Cilindro de Montevideo, a la Administración Nacional de Telecomunicaciones. A su vez, siempre tomando como base el acuerdo dado a conocer en Montevideo, Antel podría coordinar la gestión con la Intendencia y la Fundación de Amigos del Teatro Florencio Sánchez.
Esperemos que el ente estatal concrete sus buenas intenciones iniciando ya los contactos correspondientes con las autoridades departamentales sanduceras.