Rurales | 13 Abr Con la actividad cumplida en la víspera en el local de la Exposición Feria y cabaña “El Rumbo” de Gustavo Souza, finalizó en la víspera la inspección de caballos Criollos en el departamento de Paysandú, con una importante cantidad de animales y cabañas que presentaron sus ejemplares.
Gonzalo Pepe y Diego de Brum fueron los responsables de realizar la inspección para la Sociedad de Criadores de Caballos Criollos del Uruguay (Scccu), acompañados por Eduardo “Lalo” Parnisari, de Registros Genealógicos de la Asociación Rural del Uruguay (ARU).
El primer establecimiento donde se efectuó la inspección fue la semana anterior en “El Abrojal” de Pablo Mattiauda. Esta semana la gira se inició en el predio de Perezutti en la zona de Piñera; prosiguió el jueves en el local “Gastelú” y “Cerro La Bandera” de Pereira Lorenzo Hnos. En la víspera, varios establecimientos “arrimaron” sus Criollos en la rural, completando una lista que integran: “El Rabón” de Sebastián Lichero, “María Cecilia” de Eduardo Mattiauda, “Las Cañas” de Ignacio Zorrilla, “El Gato” de Manuel Bercianos, “El Guaraní” de Francisco Bergós, Colibrí, “El Recreo” de Josefina Collazo, “San Joaquín” de Juan Pablo Fornio y Oscar Fornio, “San Sebastián” de Luis P. Horta y Flora Lichero de Horta, José Luis Palacios, “Las Piedritas” de Luis I. Ponce de León, Angel Rodríguez, “La Paraguaya Nueva” de Alba R. Souza, “Don Guillermo” de Donald y Guillermo Chalkling.
Finalmente en la tarde, se cumplió la inspección de los últimos ejemplares en el establecimiento “El Rumbo” de Gustavo Souza, en la zona de Constancia.
Respecto a lo acontecido en la semana, Gonzalo Pepe dijo a EL TELEGRAFO que “se realizó todo con normalidad, algo complicado el jueves de mañana en “Gastelú” debido a las lluvias, pero normalizándose todo este viernes”.
Explicó que la inspección consiste en aplicar el reglamento de Criollos, que sostiene que “en los animales que no sean definitivos se trata de aplicar el estándar de la raza, por medio de una inspección, sacando animales que no estén dentro del estándar, y que tengan algún defecto anatómico o morfológico, o que estén pasados de alzada”. Acotó que Criollos “es una raza en formación, que arrancó con animales base y después se fueron haciendo preparatorios para ir llegando a un definitivo, que se alcanza con las generaciones”.
El reglamento de la Sociedad de Criadores establece que “todo animal, para participar en actividades de la raza, tiene que estar designado por la sociedad, y es lo que junto a Diego estamos haciendo”. Luego del pedido de inspección que efectúan los cabañeros, “llegamos al lugar de la actividad, donde el funcionario de ARU cerciora que el animal que está pedido es --mediante el pedigrí-- el que el productor dice”, sostiene Pepe.
“Nosotros en primer golpe de vista vemos la morfología del animal y procuramos observar si tiene algún defecto o no. Posteriormente pasan a medirse y, si están dentro de los parámetros de la medida de la raza, se marcan”, explicó.