Paysandú, Sábado 20 de Abril de 2013
Opinion | 19 Abr Mientras se procesa la discusión de la Rendición de Cuentas, los sindicatos plantean aumentos salariales, el ministro Daniel Olesker pide aumentar la carga tributaria y sugiere la creación de nuevos impuestos, luego de manifestar que el actual modelo “está agotado”.
En medio de esta situación se encuentra el Ministerio de Economía, portando la bandera de la cautela en manos del vicepresidente Danilo Astori, reconociendo la pérdida de la capacidad de control del gasto en las empresas públicas.
Ante todo, un asunto insoslayable: la brecha entre riqueza y pobreza no se pudo acortar demasiado y el sabor a poco que queda en algunos integrantes del Ejecutivo nacional es evidente, por ejemplo, el del propio Presidente de la República.
José Mujica ha reconocido que se ha llegado “al límite” en el rescate de la pobreza e indigencia y que “no se puede tirar la plata haciendo aventuras”, en tanto no se registrarán los índices de crecimiento económico de años anteriores. En este aspecto, el mandatario ha bajado un cambio luego de las declaraciones efectuadas a mediados de marzo, cuando defendió el gasto en políticas sociales. En aquella oportunidad enfatizó que el gasto “para que la gente se desvíe menos es baratísimo”, porque si no se termina invirtiendo “en rejas y en un aparato represivo estatal”, aunque aclaró que “hay gente conservadora que tiene otra visión”.
Ahora con los números sobre la mesa y una visión más acabada de una región que ha tomado medidas de protección hace tiempo, Mujica visibiliza otro contexto. El de la austeridad. Una palabra que lo acerca magistralmente a su compañero de equipo, Danilo Astori y permite observar un entronque común para un asunto que no permite tantas bibliotecas cuando las cartas están vistas.
Incluso, respetar “la especialidad” del ministerio de referencia y que la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), profundice la suya que es el control del gasto --por la propia planificación y gestión--, reclamado por el vicepresidente. O que el Ministerio de Desarrollo Social cumpla con la misión específica para la cual fue creado. De lo contrario, todas las secretarías de Estado se encuentran habilitadas a presentar propuestas para aumentar o crear tributos. En tiempos de Rendición, vale más una capitulación donde se negocien las condiciones a seguir que demostrar el poder en la confrontación.
En este punto, valen las palabras del presidente: “Nos empezamos a encontrar con la parte dura del carozo”.
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