Paysandú, Miércoles 24 de Abril de 2013
Deportes | 18 Abr Es algo básico: las reglas tienen que estar claras. Para un lado, y para el otro. Por eso, el Consejo Directivo Central de la Liga de Fútbol debe abrazar una tarea fundamental de aquí en más, para no embretarse como en temporadas anteriores: estatutos y reglamentos.
Ambos deben ser considerados y respetados como la Biblia del fútbol, como si fueran palabra santa, no solo por parte del Consejo sino también de los clubes porque, en definitiva, facilita la tarea de todos. Sobre todo de quienes orientan los destinos del fútbol sanducero desde la sede de la Liga, donde estatutos y reglamentos han sido burlados casi de forma permanente por diferentes motivos.
El martes, sin ir más lejos, se volvió a hacer oídos sordos al reglamento: la cancha de Litoral no fue tenida en cuenta para la competencia de Sub 15 y Sub 18, para “no quemar” al club, dado que tenía fijada actividad extra Liga para el sábado pese a que, por lo visto a la hora de desarrollar la programación, era necesaria. Es más: Litoral había manifestado a través de su presidente, minutos antes, que el año pasado se le habían fijado pocos partidos en su escenario y quería igualdad de condiciones.
El reglamento es claro: los clubes están obligados a poner a disposición sus canchas cuando la Liga lo solicite y, en caso de que se le fije actividad y el club anuncie que no la tiene a disposición, será multado con 5 UR. La única excepción es que la institución anuncie que no se tenga en cuenta su cancha, y cuáles son los motivos, 48 horas antes de que se fije la actividad del fin de semana. Por eso, tener claros los reglamentos y estatutos, y hacerlos cumplir a rajatabla, es fundamental. Y brinda seguridad al Consejo, y a los clubes.
Hacer las cosas como deben ser evita miles de problemas en los que muchas veces se embretan los propios dirigentes. No es posible que si el reglamento dice que los déficits deben pagarse fecha a fecha, se acuerde pagarlos al finalizar la temporada. Porque ¿es válido un campeonato de esa manera? No es lógico que si un club con deudas no pueda votar en una Asamblea, pueda opinar en alguna de ella “por error”. ¿Es válida esa Asamblea?
Y no es entendible que haya vacíos reglamentarios. Que el Consejo haya cesado en sus funciones tras la Asamblea en la que se presentó el balance y la memoria anual quedando luego acéfala, que luego se señalara que Manzor continuaba en funciones, y que el martes el propio presidente indicara que integrantes de la mesa que orientó la Asamblea electora pusiera “en funciones” al Consejo (“se hizo rápido el traspaso de autoridades”, dijo), es una locura y lo único que provoca es confusión y que las cosas no queden claras. Estatutos y reglamentos deben ser el ABC en el funcionamiento del Consejo. Y, en base a ellos, que se beneficie o caiga cualquiera, sin importar cuál sea su simpatía por los neutrales. Pero teniendo las reglas de juego claras, el que caiga lo hará en buena ley, a conciencia, y sin derecho al pataleo. STB
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