Paysandú, Jueves 02 de Mayo de 2013
Opinion | 26 Abr El Pit-Cnt acaba de anunciar su intención de establecer una cadena de puestos de venta de comestibles, especialmente los que integran la canasta básica, como una manera de contribuir a mejorar la economía familiar, especialmente de aquellas familias que reciben ingresos por debajo de los 10.000 pesos mensuales.
De acuerdo a dirigentes sindicales, la intención es reducir la incidencia en los precios de los intermediarios, con lo que --de acuerdo a su esquema-- se podría bajar el precio final de venta al público, en expendios propiedad de la central sindical.
La medida ha recibido plácemes tanto desde autoridades del gobierno como desde integrantes de las gremiales de almaceneros. Se ha destacado que si esta iniciativa beneficia a la población reduciendo el precio final de los comestibles, será bienvenida.
Y obviamente es un razonamiento correcto. Lo que beneficie a la población siempre deberá ser bienvenido. No obstante, deben considerarse cuestiones de fondo antes de aplaudir la intención expuesta por la central sindical.
La primera y fundamental es el estilo Mecánica Popular. ¿Realmente ante cada problema hay que apoyarse en el “hágalo usted mismo”? No hay duda alguna que los precios de comestibles, de artículos de limpieza y de otros que aparecen en las góndolas de los supermercados se mantienen a la suba desde hace largo tiempo, aunque ello no se refleje en las estadísticas oficiales del aumento de costo vida o de la propia canasta familiar básica. Esto se debe a los parámetros utilizados para la medición. Pero el bolsillo del consumidor común sí que siente como cada vez su dinero alcanza para adquirir menos artículos.
Ahora bien, ¿no sería más apropiado que el Poder Ejecutivo ejerciera un control más profundo y actuara con mayor énfasis en la política de precios? No es necesario ingresar en el control de precios para ello, sino establecer políticas generales que impidan –precisamente-- que el sector intermediario domine el aumento constante.
Pero que una central sindical se dedique al negocio de la compra y reventa de comestibles (estableciendo líneas de logística, cadena de espacios de venta, personal que los atienda, pago de impuestos y demás) no parece el mejor camino, por aquello de zapatero a tus zapatos.
Hay que tomar medidas urgentes para evitar la especulación y el aumento de la canasta básica familiar. Pero no le corresponde a los representantes de los trabajadores. En todo caso, estos deberían luchar para que la economía crezca y con ella los salarios. Es el Poder Ejecutivo el que tiene que detener la política alcista de precios.
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