Opinion | 30 Abr La buena acogida que está teniendo en el interior departamental el curso sobre gestión empresarial dirigido a micro y pequeños emprendedores auspiciado por el Programa de Microfinanzas para el Desarrollo Productivo de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto de Presidencia de la República y coordinado por la Intendencia de Paysandú y el Consejo Económico Social (CES), da cuenta de un gran interés sobre la base de una gran necesidad.
Los temas que se tratan en esta serie de talleres que cuentan con varias instancias en cada una de las localidades del Interior donde están siendo impartidos refieren a cómo empezar un emprendimiento, marketing, cómo vender, producción, costos, la familia como soporte, liderazgo y trabajo en equipo, comunicación y formalización, entre otros aspectos.
Las personas que han participado tienen emprendimientos muy diversos, desde algunos referidos a la producción rural a otros vinculados al área de la gastronomía, y distinto tipo de productos.
Si tenemos en cuenta que según la Encuesta Nacional de Mipymes, realizada en 2012, las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) generan aproximadamente el 60% de los puestos de trabajo del país y son extraordinarias distribuidoras de renta, realmente atender a los pequeños emprendimientos y capacitarlos para fortalecerlos es algo que no debe ser descuidado.
A lo anteriormente expresado, se agrega el hecho que aproximadamente el 40% del Producto Bruto Interno nacional es aportado por las mipymes, que están distribuidas homogéneamente en todo el territorio nacional y en todos los sectores de actividad (industria, servicio y comercios), entre otros de sus atributos relevantes para la economía del país.
Según la misma encuesta, el empresariado es hoy algo más joven que hace 4 años, puesto que los mayores de 60 años, en ese entonces, representaban el 15,2% del total, mientras que hoy este guarismo cayó al 11%. Asimismo, aumentó la participación de mujeres en el ámbito empresarial, aunque su mayor presencia es en empresas pequeñas.
Estos datos dan la pauta de la importancia que tienen las micro, pequeñas y medianas empresas para el país como generadoras de trabajo. La excelente respuesta que están teniendo las capacitaciones del Programa de Microfinanzas para el Desarrollo Productivo confirma que este tipo de instrumentos son necesarios y que ponerlas al alcance de las personas que viven en el interior profundo debería formar parte de las acciones permanentes de los organismos públicos con competencia en el tema, algo que no es muy común todavía pero para lo cual ya se cuenta con un buen antecedente.