Opinion | 05 May El turismo fluvial es uno de los tópicos preferidos por quienes están cerca de un río, fundamentalmente ahora que se ve --y se disfruta por miles de uruguayos-- de los cruceros “cortos” que unen puertos de Brasil, de Uruguay y Argentina.
En Fray Bentos recalan anualmente buques dedicados al transporte turístico de pasajeros entre Buenos Aires y la Antártida, cruceros “cortos” y exóticos para quienes gustan del frío y la acumulación de hielo… y de los tibios placeres que ofrece el barco con restaurantes, salas de baile, juegos y otro montón de comodidades a bordo.
Está en la agenda de los intendentes Omar Lafluf (de Río Negro) y Carlos Schepens (de Concepción del Uruguay, Argentina), el sugerir que durante los meses que el buque está parado en el puerto fraybentino, se puedan hacer cruceros por el río Uruguay, visitando centros turísticos de ambas márgenes del paterno.
Sin duda que lugares para visitar hay en la región. Buena parte de la historia revolucionaria de independencia de Argentina y Uruguay se registró en ambas márgenes del río y hay casas y predios que se mantienen aún. También hay lugares más “jóvenes” pero igual de interesantes, como puede ser el ex frigorífico Anglo o el cementerio viejo de Paysandú, el Monumento a Perpetuidad. Pero además hay lugares de belleza natural para explotar en visitas de turistas regionales. Porque seguramente no serán mayoría de europeos, estadounidenses o asiáticos quienes hagan una recorrida por ciudades y lugares sobre el río Uruguay, pero sí seguramente vecinos de la región que podrán disfrutar de las ofertas turísticas creadas o naturales que ofrecen nuestras costas y los pueblos que las habitan, además de la oferta que el propio sistema de crucero ofrece. Sólo el área de Buenos Aires significa más de 12 millones de potenciales turistas, muchos de los cuales se desviven por pasar unos días en un barco surcando las aguas del río Uruguay.
La oportunidad está, las ciudades de ambas márgenes del Uruguay tienen la palabra, y a Paysandú le corresponde dar la suya. Es un buen momento para ver si se mantiene aún la llama de los emprendedores que supieron hacer de Paysandú una ciudad industrial y, solos o en mancomunión de esfuerzos privados, se generan las condiciones para que el turismo de cruceros de río pueda ser un hecho. Dicen que cuando pasa, hay que aprovechar a subirse al tren de las oportunidades. Cambia el vehículo, ahora pueden ser buques, pero la oportunidad está por pasar, y dependerá de los emprendedores no llegar tarde al puerto.