Locales | 09 May En la casa ubicada en José Pedro Varela 1500, junto a la Proyectada 28, hace más de 20 años que sus habitantes soportan la invasión de roedores, víboras, mosquitos y hasta zorrinos, que provienen de un terreno baldío dominado por un cañaveral que se eleva por encima de los dos metros, que no ha sido limpiado en todo este tiempo. El baldío está comprendido por las calles Cerrito, Meriggi, Varela y Proyectada 28. Marcelo Molina, el jefe de familia de dicha vivienda, ha realizado en 23 años unas 70 denuncias en la Dirección de Higiene de la Intendencia de Paysandú, por la aparición en su terreno de ratas de gran tamaño, miríadas de mosquitos, víboras de diferente especie y hasta zorrinos. La razón es la falta de limpieza del baldío, situación que se ha mantenido incambiada durante todos estos años.
El último incidente ocurrió hace un par de días, cuando la esposa y la nuera de Molina se aprestaban a colgar la ropa y se encontraron con una falsa coral (oxyrhopus rhombifer rhombifer Duméril), culebra que medía alrededor de medio metro de largo, y que provocó el pánico entre las mujeres. Esto hizo que tanto Molina como su hijo corrieran en su auxilio y lograran introducir al ofidio (que no es venenoso) dentro de una botella plástica de agua mineral, como “prueba” de que una vez más alimañas invadían su casa desde el cañaveral, propiedad de un reconocido profesional que al parecer desea vender el terreno a la Intendencia para la construcción de viviendas.
“Hemos llevado muchos animales de los que capturamos al ‘corralón’, pero nunca ha pasado nada. Es decir: sabemos que multaron al dueño del terreno, que pagaron esas multas, pero esto sigue sin limpiarse y eso es lo que nos preocupa”, indicó la familia Molina. “El problema es que, como se trata de un terreno privado, la Dirección de Higiene (de la Intendencia) dice que no puede ingresar a la fuerza y limpiar el terreno. Y como el dueño paga las multas, nada más pueden hacer. Aunque a nosotros vivir así realmente nos provoca muchos inconvenientes desde hace muchísimos años”, agregaron.
“Ya no sabemos qué más hacer, a quién recurrir; intentamos hablar con el dueño, pero tampoco nos recibió. Hasta pedimos que se levantara un muro lindante con nuestra propiedad, que sería al menos una solución. Pero estamos realmente desesperados”, concluyeron.