Rurales | 11 May El director de los programas de Carne y Lana del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), ingeniero agrónomo Fabio Montossi, sostuvo durante la charla brindada en el marco de la Gira Hereford que llegó hasta las instalaciones de la institución en Glencoe, departamento de Paysandú, que “la genética juega un rol fundamental para la ganadería”.
El profesional señaló que este año se iniciarán investigaciones sobre el engorde de vacas en las estaciones de Glencoe y La Magnolia, y en ello la genética jugará un rol fundamental. Lo mismo sucede con la invernada, asegurando al respecto que “tenemos que alinear genética, sistema de producción y lo que quiere el mercado”, dado que su aplicación en pequeñas áreas puede significar un aporte de hasta 40% en la producción global.
En materia de información genética, Montossi indicó que a partir de 2014 se proyecta generar los primeros EPD genómicos, y alentó a las gremiales a incorporar los EPD de preñez en vaquillonas, que ya estarán disponibles este año. Concluyó dirigiéndose a los criadores de Hereford: “venimos muy bien en los datos de peso”, expresando que “necesitamos más en lo que refiere al área de ojo de bife. La mejora genética es un factor determinante en la competitividad de la ganadería del país”.
Respecto a la trazabilidad, Montossi indicó que los productores que están exportando la están explotando muy bien, y que eso se traduce hacia el exterior en “la imagen país”.
“Los procesos de certificación, como los referidos al medio ambiente, son cosas que están por encima del precio”, dijo.
Por otra parte, el experto catalogó al capital humano como factor clave de la competitividad. El desarrollo de estrategias es una herramienta fundamental para mejorar la rentabilidad y promover el crecimiento, enfatizando en la diagramación de alianzas estratégicas de innovación tecnológica, “pensando en la cadena” con una visión actualizada, porque la cría moderna es generadora de animales y carne de calidad para abastecerla.
Nuevas propuestas
La presentación de las nuevas propuestas tecnológicas de intensificación de la recría vacuna, desarrollada en la búsqueda de una mayor eficiencia de la producción ganadera, fue presentada por el investigador Juan Manuel Soares de Lima.
En ese aspecto, se procura incrementar la rentabilidad en una actividad cuyo principal recurso (el suelo) se encontró con nuevos precios en los últimos tiempos, y también tratando de mejorar la competitividad con otros rubros. El primer objetivo se logró al tener entores exitosos de las vaquillonas a los 15 meses, en un campo natural en más de 70% de su superficie, donde convive un rodeo Hereford de 700 cabezas y 2.770 lanares. No conformes con esa primera meta, los investigadores se propusieron avanzar en etapas y acentuar los niveles de eficiencia. En la estación de INIA Glencoe se planteó además la recría de machos.
En el caso de la cría, en la medida que baja la edad de entore aumenta la eficiencia, según indicó el técnico, porque hoy elevar la preñez es positivo. Esto no sucedía hasta hace poco tiempo atrás, porque en 2010 la vaca gorda mejoraba los niveles de ingresos de la empresa.
El recurso para lograr esos comportamientos productivos fue la suplementación. Fabio Montosi expresó a los visitantes que la suplementación permite tener el doble de ganancia en invierno con la misma dotación, hecho trascendente porque “en el basalto el problema no es el invierno, sino el verano”, dejando en claro que “hay que armar al animal antes de la temporada estival”.
En el caso de los novillos del sistema de recría, con suplementación variada de 0,8% de su peso vivo, se logran ganancias diarias superiores a 600 gramos, hasta alcanzar 380/390 kilos, cuando el vacuno ya está pronto para terminarse, ya sea en feedlot u otros sistemas nutricionales. Los técnicos de INIA establecieron que se logró el mismo comportamiento tanto con suplementación continua como alternada, lo cual hace al sistema menos engorroso y “permite pasar el fin de semana con la patrona”.