Opinion | 10 May Es una buena noticia que finalmente la Intendencia Departamental de Paysandú y OSE hayan llegado a un principio de acuerdo para la firma de un convenio que permitirá superar los obstáculos para la extensión de la red de saneamiento a determinadas áreas de la periferia de la ciudad que aún no cuentan con este vital servicio.
Debe tenerse claro que el saneamiento, inequívocamente, es responsabilidad de OSE, y que la cooperación de intendencias y otros organismos, incluyendo a los propios vecinos, para llevar a cabo las obras que se plantean, se inscriben en apoyos que apuntan a hacer viable en el menor tiempo posible estos emprendimientos, teniendo en cuenta las limitaciones del organismo.
Es decir que mediante contribuciones extra los ciudadanos se esfuerzan en reparar parcialmente --para su beneficio, naturalmente--, la omisión o déficit del organismo al no haber proporcionado a amplios sectores de la población, incluyendo zonas urbanas muy habitadas, tan imprescindible servicio, lo que ha sido paliado con serias dificultades a través del uso de barométricas, a cargo de las intendencias.
En este caso el acuerdo entre OSE y la comuna sanducera establece cuales son las responsabilidades y obligaciones de cada una de las tres partes que integran el convenio, es decir OSE, la Intendencia y los vecinos.
Ciertamente las obras de infraestructura del saneamiento que actualmente se desarrollan en la ciudad de Paysandú comenzaron el 11 de marzo de 2009, con ampliaciones que responden a la integración de redes colectoras por gravedad que recogen los efluentes de los respectivos barrios.
Se ha establecido una lista de prioridades y de espera para los barrios que aspiran a contar con este servicio, a los que se agregarán otros con el paso del tiempo a medida que se entienda que es posible acceder a la conexión con la red, en función de las características técnicas del área.
Mediante el acuerdo de referencia se indica que OSE podrá utilizar dos modalidades para la construcción del saneamiento en los barrios, una de las cuales contempla que los trabajos se hagan directamente por el organismo, con sus maquinarias y funcionarios, y la otra es que para determinadas áreas se contraten empresas privadas. En cualquiera de los casos el convenio que se firmará incluirá la modalidad de trabajo y la distribución de tareas.
Hasta ahora se han determinado cuatro zonas con determinada certeza de construcción, en tanto un quinto punto estará condicionado a que OSE y la Intendencia tengan los recursos suficientes para poder atender los trabajos, a la vez que se identificarán otros barrios de la ciudad para ejecutar las obras de saneamiento bajo los mismos criterios y condiciones. Es así que si bien el Barrio Chaplin “está en carpeta”, no hay aún asignación de recursos para esta obra y por lo tanto, tampoco se puede estimar cuándo se podrá ejecutar.
Del entendimiento entre ambos organismos, más allá de las ideas y venidas, surge que se ha logrado un avance sustancial en favor de la comunidad, que reclama soluciones más allá de los cometidos, y si bien OSE es el responsable por el saneamiento, es plausible que se converja en los aportes para lograr los objetivos de bienestar general ante omisiones que datan de décadas.
Sin duda que los proyectos de extensión de la red, como se viene haciendo por OSE en Paysandú, a un costo estimado de unos 17 millones de dólares, a lo que se agregará en un futuro que esperamos cercano la planta de tratamiento de aguas servidas, son –como debe ser-- costeados por el ente, en base a disponibilidad de recursos y prioridades.
Este punto fue puesto bien en claro en Paysandú recientemente por el presidente del organismo Milton Machado, quien señaló que sin lugar a ninguna duda el saneamiento siempre es responsabilidad de OSE.
Pero el involucramiento de vecinos y municipios, tanto el de Paysandú como el de cualquier otro departamento, se hacen en base a la disponibilidad de recursos de cada municipio, como es también el caso de los vecinos naturalmente, que en realidad le están dando una mano al organismo para que haga lo antes posible lo que debe hacer por su cuenta. Por lo tanto las respuestas pendientes en un tema de tanta trascendencia en el Interior –en Montevideo el saneamiento es responsabilidad de la Intendencia, para lo que también recauda, naturalmente-- se estarán dando con pluriparticipación y compartiendo costos en aras de mejorar la calidad de vida para miles de familias.
Es cierto, no es fácil reparar en poco tiempo lo que no se ha hecho en tantos años, pero con el Estado asumiendo las responsabilidades que no puso de manifiesto en tiempo y forma, y el aporte de Intendencia y vecinos, aspiramos a que Paysandú pueda generar en un lapso razonable la extensión del servicio.