ESCRIBE EL DR. RODOLFO CANABAL

Locales | 21 May Está planteado en ASSE un nuevo conflicto que comprende a cirujanos y anestesistas, y se anuncia un paro de actividades, no totales, el martes 21 de mayo, vale decir, hoy. Los referidos profesionales han afirmado que las autoridades no han dado respuestas que habiliten el diálogo entre las partes, al cual están abiertos, pero también han dicho que “el clima de conflicto se puede endurecer aún más”
Las referidas informaciones, y otras a las cuales se aludirá, fueron tomadas del diario El País. El paro hará transferir a nueva fecha las operaciones que estaban ya agendadas, excepto las oncológicas, y ASSE ha informado que “la única respuesta que por el momento tienen … es que cada hospital va a llamar a cada paciente para recoordinar las operaciones que se vean suspendidas”.
Se ha informado también que “los hospitales públicos tienen un número importante y permanente de cirugías atrasadas, ya sea por falta de especialistas, blocks quirúrgicos clausurados o por conflictos puntuales como éste”, y los profesionales en conflicto a través del Sindicato Anestésico Quirúrgico han considerado públicamente que “existe increíble falta de voluntad política de ASSE para implementar convenios acordados”.
Tal como en esta columna se ha expresado antes, verbigracia el 14 de setiembre de 2012, es indiferente para resolver este tipo de conflictos quien contrató, o de quien dependen, los profesionales en conflicto: lo esencial a considerar es la naturaleza de los servicios.
Se debe, entre las cuestiones más importantes, tener en cuenta que el ejercicio de ningún derecho carece de límites, legales, racionales o éticos; que toda función que se ha de realizar en el ámbito social tiene deberes y responsabilidades que se han de acompasar a los derechos de sus destinatarios. Y a ello cabe agregar que no todas las tareas tienen idénticas responsabilidades, pues ellas son mayores en función de los valores a amparar. Y se debe también señalar que las que requieren para su formación estudios universitarios, por las exigencias que al respecto tienen, según la Unión Mundial de las Profesiones Liberales, y por su nivel ético, en la medida en que su actuación ponga de manifiesto aun en mínimo grado no ajustarse a los respectivos deberes, acreditarían un desajuste con la forma en que tales deberes deben ser cumplidos. Por lo que sucintamente se expresa en los párrafos que anteceden, ante conflictos médicos anteriores similares al que se alude en esta columna se expresó que era deseable que, atenuado el calor del enfrentamiento, se reflexionara con serenidad sobre el conflicto y su desarrollo, a lo cual, aunque sería ciertamente innecesario expresarlo aquí, tal reflexión, y la consecutiva y serena consideración del caso, corresponde a ambas partes.
Y es bueno agregar que al formular tal llamado a la reflexión se entiende también que es indispensable que se piense, relativamente a los conflictos relativos a la atención de la salud, que sería razonable que se confiriera a las medidas de lucha que implique cesación, aun breve, de los servicios médicos, la suspensión de su ejecución, por lo que pueden representar para la salud de quienes han de quedar en ellas comprendidos. Lo dicho no significa en absoluto, ciertamente, que los médicos no tengan derecho a formular reclamos para mejorar en todo lo que corresponda los servicios a su cargo.
Es con muy plena convicción que se formulan los conceptos que muy sucintamente se exponen, lo cual se realiza sobre la base del muy alto concepto que el responsable de esta columna ha dispensado siempre a los profesionales médicos, a quienes mucho ha respetado a través de muchísimos años de actividad junto a ellos en el ámbito gremial, en actividades conjuntas con el Sindicato Médico del Uruguay, entre otras las que correspondieron a la Comisión Nacional de Ética Médica, que actuó durante los años 1983/84.
Es por todo lo expuesto que se descuenta que autoridades y profesionales logren acordar, sin más demora que la indispensable, una fórmula que ponga fin al nuevo conflicto, y también que ASSE logre, y también acuerde, lo que sea adecuado para el buen funcionamiento futuro de los importantísimos servicios a su cargo, y que luego se ajuste plenamente a lo acordado.