Opinion | 20 May De acuerdo a lo que informáramos el pasado miércoles, el Ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país solicitó formalmente a Argentina la devolución de un medallón decorativo que perteneció a la antigua iglesia de Paysandú, el cual se encuentra actualmente en el Museo Naval de El Tigre.
En un oficio dirigido a la Embajada de Argentina, la Cancillería --a través de su Dirección General para Asuntos Culturales-- refiere a la solicitud efectuada por el gobierno departamental de Paysandú respecto a la devolución de dicho bien, indicando que la Intendencia “otorga gran importancia a lograr que dicho medallón sea devuelto a la ciudad, a la vez que se apreciará información relativa al paradero de los restos de la Estatua de la Libertad que fuera destruida por el bombardeo sufrido por Paysandú en 1865”. A su vez, el Ministerio de Relaciones Exteriores también informó a la Intendencia Departamental de Paysandú el inicio de estas gestiones ante la Embajada de la República Argentina en Montevideo.
Según expresó el arquitecto Rubens Stagno, quien constató la existencia de dicha reliquia, “es la primera vez que el Estado uruguayo, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, solicita esta devolución”.
La confirmación de que nuestra Cancillería a iniciado la loable gestión es sin lugar a dudas una noticia que debe recibir el beneplácito de todos los sanduceros, especialmente quienes valoran y respetan la historia lugareña y el episodio de referencia en particular.
Por otra parte, el petitorio remitido expresa en forma clara que se trata de una solicitud y no de un reclamo ya que, como se informa, en el museo el epígrafe de la pieza expresa “Ornamento de yeso extraído de las ruinas de la Iglesia de Paysandú el 2 de enero de 1865, cuando las tropas del general Venancio Flores comenzaron a ultimar a los prisioneros”.
“En ese momento, el jefe de la Escuadra Argentina, con riesgo de su vida, intervino para cortar la matanza. Fue entregado al coronel Murature como testimonio de su humanitaria intervención”.
Es decir que no se trata de un trofeo de guerra o de otro tipo de apropiación sino que le fue entregado en reconocimiento al almirante José Murature, quien no sólo actuó como observador, al mando de la flota argentina que estaba frente a Paysandú en esos momentos, sino que también documentó fotográficamente el hecho y fue, como se expresa, partícipe directo en varias acciones humanitarias de gran importancia en aquellos trágicos momentos.
Creemos que en caso de concretarse la solicitada devolución debería realizarse algún tipo de acto que ratifique el agradecimiento de Paysandú hacia el marino francés por nacimiento pero argentino de corazón.
Ante la excelente noticia que comentamos, y la evidente buena disposición de nuestra Cancillería, es de preguntarse si no sería oportuno que dicho ministerio encare gestiones similares ante el gobierno de Brasil procurando lograr que venga a los sanduceros el cuadro pintado pocos días después de la caída de “La Heroica” por Juan Manuel Blanes denominado “Ataque General a Paysandú”.
Es de hacer notar que esta obra de arte fue obsequiada por el gobierno de Venancio Flores al Barón de Tamandaré, comandante de la flota brasileña que disparó 5.000 mil balas de cañón contra nuestra ciudad sitiada. Sería de estricta justicia que se entregue a Paysandú ese lienzo único plasmado por el “Pintor de la Patria” en base a sus observaciones personales entre los escombros de esa ciudad virtualmente destruida y los restos muchas veces aún insepultos de sus heroicos defensores. Aunque en este caso se ve como menos probable su concreción, porque mal que nos pese, para Brasil la batalla de Paysandú representa un triunfo militar importante, motivo de orgullo para ese país.
Se ha dado un paso importante en la imprescindible tarea de recuperar los valiosos testimonios del pasado sanducero que en preocupante dispersión se encuentran, y muchas veces son exhibidos, en lugares cercanos en algunos casos y casi remotos en otros.
Es de preguntarse cómo es posible que no hayamos hecho muy poco para recuperar piezas de gran importancia en diferentes momentos de la historia sanducera que se encuentran en lugares tan cercanos como Colón, Concepción del Uruguay, Gualeguaychú, Concordia, Salto, Tacuarembó, Rivera, Montevideo y Buenos Aires. Nos falta conocimiento y espacio para intentar esbozar una lista más o menos completa pero se debe tener la certeza de que se trata de piezas realmente significativas por lo que nuestras autoridades departamentales deberían actuar en consecuencia.