OPINIÓN

Locales | 26 May Respecto a la nota de opinión del día 26/5
Con respecto a su página de Opinión del día de hoy, 16 de mayo de 2013, titulada “Que los delincuentes no ganen la partida”, me permito puntualizar lo siguiente: 
Hace un año en Montevideo aparecieron pintadas similares y la Intendencia intimó al Club Nacional de Fútbol para que se hiciera cargo de los gastos de la limpieza de monumentos, principalmente el de la Plaza Cagancha. 
Como era de esperarse, el club protestó (“La Intendencia estuvo omisa en pintadas anteriores de Peñarol y eso genera este tipo de reacciones”) recordando otras pintadas de sus rivales y así “uno por el otro y el monumento sin pintar”. Con esas acusaciones parecía que la plaza, su nombre y el monumento volverían a encender un conflicto como el de otrora, el que recuerda justamente la obra de Giuseppe Levi llamada la “Estatua de la Paz”, esta vez en lugar de entre políticos colorados y blancos, entre clubes de fútbol.
Tantos son los actos vandálicos que en Montevideo la IMM resolvió crear y financiar (aunque “Hubiera sido muy bueno invertir en cosas nuevas y no reponer los daños del vandalismo (…) Plaza 1º de Mayo, Plaza Gabriela Mistral, Monumento a la Carreta…”) una “Brigada antigraffiti”, como existen similares en otros lugares (seguramente los mismos que recuerda el diario EL TELEGRAFO), pero que el exceso y mal celo de algunos funcionarios municipales llevó a que se perdieran “obras de arte en graffiti” como la de los hermanos Pandolfo, Os gêmeos, en un edificio de la autopista 23 de Mayo de San Pablo.
Pero ni a la Intendencia de Paysandú, al intendente Bentos ni al director Pérez, se les pasa por la cabeza tratar, aunque más no sea, de cobrar a los responsables de la pintada, facturando los gastos, en este caso al Club Nacional de Fútbol, pero también al otro, al de Peñarol, ya que en los alrededores también hay muestras del vandalismo utilizado como publicidad y propaganda por ambos. 
Pero mucho menos se le ocurre eso al diario EL TELEGRAFO, que recordando campañas de firmas para referendos, como siempre, “acusa” a menores de edad, “menores a los que prácticamente no se les responsabiliza de nada”, en lugar de acusar a los verdaderos responsables como los son en estos casos los clubes de fútbol, que reclutan, mantienen, financian y alientan las patotas de ridículos y numéricos nombres a los que la prensa bautiza como “barras bravas” o simplemente, “los inadaptados de siempre”. 
El Poder Político es incapaz de solucionar daños como estos ya que suelen ser los partidos, sus líderes y sus fracciones, los principales vándalos en tiempos de campaña electoral, así como algunos sindicatos en casos de conflictos, aunque no hay que olvidar campañas publicitarias de empresas privadas que se dedican a publicitar espectáculos o similares y que lanzan a las calles patotas (igual que hacen los clubes de fútbol) que pegan afiches o stickers en muros, casas o automóviles. Como insinúa el Diario EL TELEGRAFO o lo solucionan el Ministerio del Interior y la Justicia (si se hicieran cargo de las denuncias oportunamente presentadas) o todo queda como está. Pintado, enchastrado, violado. 
Y todo porque algunos piensan que son más efectivas publicidad y propaganda si se violan derechos particulares o comunitarios, como en estos casos lo hacen los “cerebros” y “autores intelectuales”, como se les llamaría si se tratara de otros tipos de delito, los clubes Nacional y Peñarol, conjuntos de once jugadores y tres millones de lacras. (“Seguir la ruta del dinero” aconsejan en las novelas policiales). 
Hernán Zunín

N.deR.: No nos consta que el Club Nacional de Fútbol haya sido el “autor intelectual” del ataque vandálico al que hace referencia la opinión en cuestión, ni mucho menos contamos con pruebas de que así haya sido. Por tal motivo, no podemos acusar a la institución de lo sucedido ni reclamar que se le intime a una reparación económica. Creemos sí que si el Sr. Zunín tiene esa certeza, sería bueno que se lo haga saber a la Intendencia de Paysandú, que pretende llevar el caso a la Justicia.
Respecto a “menores a los que prácticamente no se les responsabiliza de nada”, no se refiere a los responsables de los graffitis en la plaza Artigas, sino –como dice claramente la nota-- a los “vándalos que no solo pintan paredes, sino que destrozan monumentos o los roban, destrozan bancos, mesas, árboles, columnas, rompen canteros, arrojan basura en la esquina o cuanto baldío encuentran”.